'Franciscomanía' en la plaza de San Pedro
Miles de peregrinos y banderas latinoamericanas en la entronización
La plaza de San Pedro fue ayer más argentina que nunca. Y también latinoamericana. La Franciscomanía ya hace furor en los aledaños del Vaticano, donde huele a Buenos Aires. Ya se ha extendido todo un merchandising puramente argentino con el Papa como protagonista. Francisco está en todas partes. Y está llegando a la gente si se tienen en cuenta testimonios como el de Antonio, un romano de 80 años que ha visto a "muchos Papas, pero este tiene puesta una marcha atrás; se ve que disfruta con la gente y que está atento a sus sufrimientos. Trae esperanza al futuro". Para Mónica, una abogada argentina de 44 años que trabaja en la capital italiana, "es un hermano, un pastor, y lo digo no porque sea argentina, sino porque Francisco transmite a todos su frescura".
También argentino es Sergio Sánchez, un cartonero bonaerense que se sentó junto a los altos delegados de todo el mundo que asistieron a la ceremonia de enronización de Francisco. El recogedor de cartones fue una de las tres personas -los otros dos también argentinos, la monja misionera Ana Rosa Sivori y el director de un centro educativo José María del Corral- que pusieron rostro a la filosofía que está impregnando el Papa a su pontificado desde el primer día: "Una presencia deseada por el Papa. Los pobres junto a los poderosos", rezaba el titular del diario del Vaticano, L'Osservatore Romano.
Los tres acudieron con sus ropas de trabajo. Sánchez lo hizo con el chándal azul y verde que utiliza para recoger cartones y otros materiales abandonados en las calles de Buenos Aires y que pueden reciclarse. Pertenece al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y conoce a Bergoglio desde hace cinco años, "cuando era más dura la lucha por el reconocimiento de la dignidad de los trabajadores", dijo.
El cartonero recordó que "a la única persona que nos encontramos a nuestro lado fue al padre Bergoglio. También él luchaba contra las diferentes formas de esclavitud a la que estábamos sometidos los trabajadores, contra la trata de seres humanos usados como máquinas de producción".
La Franciscomanía que se vive en Roma tiene su origen en la propia Buenos Aires, desde donde ha sido exportada. En la capital argentina, turistas y bonaerenses ya improvisan recorridos turísticos turísticos por el barrio donde creció Bergoglio, Flores. Un barrio tradicional, donde se mezclan casas y edificios y que hasta ahora no atraía a curiosos. El gobierno de la ciudad "ya está trabajando" para incluir este destino, cerca del centro geográfico de la capital, en los recorridos de los buses turísticos, reveló ayer el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri.
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