Los felices 20 pintaban como un excelente año para dar el sí quiero. Un año capicúa que las parejas habían elegido para celebrar su unión con todo el amor y el tiempo del mundo. Pero llegó la crisis del coronavirus y todo se trastocó. Las parejas y el sector vinculado a las bodas ha tenido que armarse de paciencia durante la cuarentena ya que lo que, sobre todo, ha primado el distanciamiento social con el fin de evitar el contagio. Las tristezas y las alegrías públicas han tenido que posponerse hasta ahora que, en plena desescalada, y terminando la mayoría de regiones la fase 1, comienza este próximo 25 de mayo la fase 2, con medidas más laxas en cuanto a las celebraciones.

Tal y como se expresa en la orden publicada el Boletín Oficial del Estado (BOE) por el Ministerio de Sanidad, "ante la evolución epidemiológica positiva y el oportuno cumplimiento de los criterios establecidos, se procede a extender la flexibilización de algunas medidas que corresponderían a la fase 2 para determinadas unidades territoriales".

En el aspecto social y familiar todas aquellas parejas que tuvieron que aplazar o anular su boda por el decreto de estado de alarma podrán celebrarla, eso sí, con un número reducido de invitados. Así pues, el Gobierno permitirá en esos territorios que hayan evolucionado en su desescalada celebrar bodas con un aforo máximo de 100 personas en espacios al aire libre; si es un entorno cerrado, únicamente podrán estar hasta 50 personas, pudiéndose llevar a cabo las celebraciones en todo tipo de instalaciones, ya sean públicas o privadas. Sin embargo, destaca el documento oficial, durante la ceremonia nupcial "se obligará a cumplir las medidas de higiene y prevención establecidas por las autoridades sanitarias".

¿Y qué ocurre con las celebraciones que pudieran tener lugar tras la ceremonia? Dado que implicará algún tipo de servicio de hostelería y restauración, igualmente se deberá seguir las normas de seguridad relativas a estos establecimientos manteniendo en todo momento el distanciamiento de seguridad y limitando al 40% la capacidad máxima del espacio elegido. La orden recuerda, por otra parte, que lo previsto en este artículo sobre ceremonias nupciales será de aplicación a otras celebraciones religiosas de carácter social.

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Los novios está escogiendo, sobre todo, celebraciones al aire libre, ya que permiten mantener la distancia social con mayor facilidad y las normas son más permisivas en cuanto al número de invitados que pueden llegar al centenar.

De hecho, la situación especial hará que las ceremonias duren menos tiempo y que los lugares en los que se celebren acomoden los asientos teniendo en cuenta las distancias sociales recomendadas. Por último, los detalles para los invitados están muy claros: geles hidroalcohólicos y mascarillas.