La automedicación puede agravar el curso de las migrañas

La Organización Mundial de la Salud considera la migraña grave como una de las enfermedades más discapacitantes posibles. De hecho, el 80% de pacientes sufre alguna discapacidad (moderada a grave para el 42,5%) relacionada con la cefalea. Lo saben por experiencia unos cuatro millones de personas en España, donde la prevalencia ronda el 12% de la población de 18-65 años y distintos estudios manejan cifras de 3,5 millones a casi cinco millones. Si antes de la pubertad es más frecuente en niños que en niñas (la migraña infantil global es del 6,3%), en edades juveniles y adultas es mucho más habitual en mujeres (17%-18%) que en hombres (5%).

Además, su impacto alcanza a todos los escenarios vitales -trabajo, formación, amistades, familia-, y se traduce en absentismo laboral y limitación forzosa de actividades sociales. Desde la Sociedad Española de Neurología (SEN), el coordinador de su Grupo de Estudio de Cefaleas, Samuel Díaz, recuerda que las crisis migrañosas son muy incapacitantes e imprevisibles y que son frecuentes en las edades de mayor productividad laboral, con la consiguiente pérdida de días de trabajo (8-16 al año por paciente) y elevados costes directos e indirectos (2.000 millones de euros anuales) por absentismo y menor productividad.

Estos datos enmarcaron ayer miércoles el Día Europeo de Acción contra la Migraña, que busca concienciar a la sociedad sobre las posibilidades de abordar ese problema de salud pública con eficacia a partir de un diagnóstico y tratamiento correctos. Un doble objetivo imprescindible y urgente porque un 20%-25% de personas con migraña jamás ha consultado su dolencia a su doctor. Peor aún, un 50% abandona el seguimiento médico tras las primeras consultas, y un 14% ni siquiera llega a comprar los medicamentos recetados.

De ahí que el gran reto, como enfatiza la presidenta de la Asociación Española de Pacientes con Cefalea (Aepac), Elena Ruiz, sea "estar correctamente diagnosticado y evitar la automedicación". Dos aspectos que también subraya la especialista del Hospital Vall d'Hebrón barcelonés Patricia Pozo, primero porque un adecuado diagnóstico médico "facilita que el paciente sepa cómo actuar ante los primeros síntomas", y segundo porque resulta "imprescindible que la migraña sea tratada por el neurólogo", que tiene a su disposición un amplio y eficaz arsenal terapéutico para frenar las crisis.

Automedicarse o seguir un tratamiento inadecuado, apunta Díaz, "puede llevar a cronificar más el problema". Y no todas las terapias funcionan igual en todos los pacientes, lo que justifica aún más la necesidad de acudir a un especialista para asegurar un buen diagnóstico que abra paso a una "personalización terapéutica, identificando los tratamientos preventivos más adecuados y las medidas que se deben tomar ante la aparición de una crisis".