El ser humano y sus (malas) costumbres se han convertido en el mayo enemigo del ser humano para mantener su casa (el planeta Tierra) en unas condiciones correctas para poder habitar en él. Suena duro pero es la realidad que se dibuja y que los meses de confinamiento más estricto nos demostró con la naturaleza respirando con mayor fuerza que nunca y agradeciendo el cese de actividad de esa contaminación humana que a lo largo de muchos años se encargan de denunciar organizaciones como SEO/BirdLife, que en este caso se ha detenido a examinar los espacios naturales de España que están afectados en el informe 'Ciencia LIBERA. Análisis de la contaminación difusa en los espacios naturales'.

Casi 50.000 datos analizados de más de 2.500 muestras de agua, suelos y sedimentos recogidos en espacios naturales han servido para concluir que la presencia de contaminación difusa podría estar afectando al conjunto del patrimonio natural español. Una contaminación difusa que encierra el concepto de 'basuraleza' y que ha obligado a los responsables de esta organización a encender todas las alarmas para que no después no tengamos que llevarnos las manos a la cabeza ante desastres naturales evitables.

"Urge un cambio de modelo donde la responsabilidad, la eficiencia, la sostenibilidad y el respeto por nuestra riqueza natural se impongan al resto de valores que integran la cadena de producción y consumo. Necesitamos avanzar muy rápido hacia la circularidad y abrir, sin miedos, el debate sobre el cuánto y el cómo consumimos", apunta la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, en declaraciones recogidas por SINC.

Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife: "Necesitamos abrir, sin miedos, el debate sobre el cuánto y el cómo consumimos"

El estudio ha analizado, a escala química, la presencia de 119 contaminantes, escogidos por su alto nivel de toxicidad y su potencial efecto negativo sobre hábitats y especies, en aguas, suelos...de diferentes parques naturales españoles.

Fuerte impacto en agua, suelo y sedimentos

En total, se han analizado 411 muestras de agua, que han dado lugar a 24.249 datos; y 280 muestras entre suelos y sedimentos, que han generado 16.520 datos sobre contaminantes químico-orgánicos. Por otro lado, se ha comprobado la presencia de 31 metales en muestras de sedimentos y suelos, generando 4.340 datos por cada tipo de matriz. Todo ello ha supuesto el análisis de 49.449 datos.

En agua, se encontraron contaminantes en el 97,1 % de las áreas importantes para la conservación de las aves. Tan solo cuatro de los espacios analizados estaban libres de contaminación. Del total de las 140 áreas estudiadas, el 22 %, es decir, 32 espacios, presentan una suma de más de 5000 ng/L (nanogramos/litro) de contaminantes en agua, lo que indica un fuerte impacto por contaminación.

En suelo, todas las muestras analizadas contenían algún tipo de contaminante, aunque sólo el 5% mostraron niveles de riesgo superiores a 5000 ng/g.

Por último, y en relación a los metales pesados, se encontraron niveles anormalmente altos en 13 de las áreas estudiadas.

Basura en el sendero del Río de la Miel

Entidades gubernamentales, sectores productivos y ciudadanía son la diana de este informe que solicita apostar por la innovación, el ecodiseño y el uso de materiales inocuos para el medioambiente. Como consumidores la solución pasa por involucrarnos, ser conscientes de que hay que acumular el menor número de residuos posible y, cuando no quede más remedio, reciclar de forma adecuada.

"El objetivo del informe Ciencia LIBERA es ofrecer conocimiento científico para poder generar soluciones duraderas. Y sus resultados constatan la importancia de actuar contra la basuraleza y que todos estamos implicados en el problema", concluye Óscar Martín.