Se llama José María, tiene 47 años, vive en Salamanca y es la persona que el pasado 5 de febrero encontró el cadáver de Esther López en Traspinedo. La localización tuvo lugar cuando esa mañana de sábado se dirigía hasta la localidad vallisoletana desde Salamanca.

Son los datos que se han podido conocer después de que declara a la Guardia Civil, y que se han hecho públicos una vez levantado el secreto del sumario por parte de la jueza Soledad Ortega, según refleja El Confidencial.

Según relata, esa mañana del 5 de febrero se desplazó desde Salamanca hasta Traspinedo. Había decidido pasar ese día rastreando por su cuenta las inmediaciones del municipio, y aprovechar para hacer un poco de turismo.

Batidas infructuosas

“He llegado sobre las 9:30 y he aparcado el coche en el restaurante ‘La Maña’ -dijo-. No conocía de nada a Esther”. Sin embargo, José María se acercó hasta la localidad vallisoletana con la intención de ayudar, dado que todas las batidas que habían efectuado la Guardia Civil y los vecinos habían resultado infructuosas.

De modo que comenzó a caminar por diferentes fincas, se acercó al arroyo y llegó a la ya conocida curva de Traspinedo. Tan solo le bastó una hora para encontrar lo que no habían hecho las batidas multitudinarias desde el 17 de enero pasado.

De espaldas

“A unos quince metros de pasar el cruce, a simple vista, he observado el cuerpo de una persona. Estaba de espaldas. Llamé inmediatamente para avisar. Enseguida llegó un coche de la Guardia Civil. Durante el tiempo que estuve esperando ninguna persona manipuló el cuerpo ni se acercó a él”, indicó el su declaración.

Aunque en un principio se dijo que el cadáver había sido encontrado por un vecino que estaba paseando por la zona, finalmente se ha sabido que era un salmantino que decidió ayudar en localizar el cuerpo.