¿Es legal grabar con cámaras espía sin el consentimiento de la otra persona?

Las cámaras espía o también conocidas como cámaras ocultas, son un dispositivo de pequeño tamaño que captura imágenes y videos sin la notificación o el conocimiento de las personas que se ven en el video.

Están diseñadas para grabar hechos sin que el destinatario lo sepa y son un medio para obtener información sobre los individuos sin su consentimiento. Las cámaras pueden estar instaladas en una casa, coche, oficina o negocio. La Policía también hace uso de ellas cuando le es necesario.

Grabar con estas cámaras

Como norma general está permitido grabar con este tipo de cámaras siempre y cuando esto no entre en confrontación con el derecho a la privacidad e intimidad de las personas.

No sería legal, tampoco, difundir las imágenes filmadas sin el consentimiento de quien aparezca en ellas. Por tanto, aunque en la vía pública no habría problema de grabar, si se violan estos derechos se podría estar incurriendo en un delito.

En España la grabación de imágenes o sonidos de una persona sin su consentimiento puede ser considerada como una infracción penal si se hace con fines ilícitos o de manera indebida. Todo ello se debe a que grabar a alguien puede dañar su reputación y derecho a la privacidad, como es el caso de las amigas grabadas en el baño de un piso de Sevilla.

No obstante, existen dos excepciones concretas en las cuales se puede grabar en la vía pública sin ser penalizado con una multa por parte de la Agencia Española de Protección de Datos.

Esto sucede cuando la grabación se lleva a cabo para cumplir con el derecho a la información, de manera que las imágenes de las personas que aparecen en la grabación son accesorias y no el centro de información (por ejemplo, si salen caminando por detrás en un plano) o cuando se trata de personajes públicos que están en un espacio público.

Violación de la intimidad y difusión

La multa por grabar sin consentimiento ni justificación se aplica cuando se viola el derecho a la intimidad y las imágenes obtenidas con la cámara son difundidas en cualquier medio. En estos casos no se habla de multa o sanción económica, sino de un delito que puede penalizarse con prisión, dependiendo de cada caso.

En este caso, grabar vídeos sin permiso, específicamente cuando se realizan en entornos privados o íntimos y luego se comparten públicamente sin la aprobación de las personas involucradas, es penado por la ley según el artículo 197 del Código Penal. En él se establecen penas que van de los 3 meses hasta los 7 años de prisión.