A Erika Yunga la asesinaron el 5 de abril de 2022 en el portal de su casa, en Oviedo. Tenía 14 años y volvía del instituto con sus amigas, que la acompañaron hasta la puerta del edificio. Llamó al telefonillo y le abrieron. Su hermano y su padre la esperaban para comer.

Al ver que la menor no subía, el hermano decidió bajar las escaleras para comprobar qué sucedía. Un reguero de sangre que acababa en la vivienda de uno de sus vecinos le hizo aporrear la puerta como un loco. En el interior de aquella casa estaba Igor Postolache, un hombre de 32 años que había agarrado un cuchillo de 11 centímetros para apuñalar a la pequeña, arrastrarla hasta su domicilio y agredirla sexualmente.

Cuando los agentes llegaron después de la llamada de una vecina al escuchar los gritos del hermano de la víctima, encontraron a la niña, sin vida, tendida en el suelo. Igor yacía en el aseo de la casa, con heridas muy graves que él mismo se había provocado.

Antes de cometer el brutal asesinato Igor había ya sido denunciado por una joven a la que acorraló y tuvo que indemnizar a otra chica a la que estuvo acosando.

Un año más tarde del crimen de Erika , en abril de este año, el autor del crimen aceptó que sería condenado a la pena de prisión permanente revisable y hoy, 9 de agosto, se ha conocido la noticia de que Igor Postolache se ha suicidado en la cárcel de Villahierro, en León.

Su vida en prisión

Tras lo sucedido con Erika y su intento de suicidio, Igor se encontraba en la cárcel de Villahierro, enMansilla de las Mulas (León). Allí permanecía cumpliendo prisión provisional a la espera de la celebración del juicio con jurado popular. El autor del crimen de Erika había aceptado que sería posiblemente condenado a la prisión permanente revisable.

Asumió su culpabilidad mediante su escrito de defensa, enviado al juzgado de instrucción 2 de Oviedo, en el que reconoció como "ciertos los hechos relatados por la Fiscalía", sobre cómo planificó el ataque y luego agredió sexualmente y mató a la niña, que vivía en su mismo edificio y a la que había estado acechando tiempo antes.

Al ingresar en prisión Igor tuvo que acogerse al plan antisuicidios pero ya había logrado salir de él al no existir indicios de que pudiera quitarse la vida en el centro penitenciario. Allí mantenía una actitud silenciosa y solitaria. Era uno de los presos considerados más peligrosos dentro del penal a pesar de que pasaba la mayor parte del tiempo tumbado en su cama. Estaba vigilado las 24 horas del día y tenía un “preso sombra” que observaba en todo momento lo que hacía para evitar cualquier altercado.

Aunque no se ha confirmado oficialmente qué ha sucedido y se está investigando el suceso todo apunta a que Igor Postolache se habría suicidado en su celda, en la que ha aparecido en la mañana de hoy.