Coronavirus

Enfado entre los vecinos de Haro por los bulos difundidos sobre el coronavirus

Dispositivo de la Policía Nacional en Haro

Dispositivo de la Policía Nacional en Haro / Efe

Vecinos de Haro (La Rioja), donde se concentra una gran parte de los casos riojanos de COVID-19, no esconden su "enfado" por los bulos difundidos en los últimos días, ya que las falsedades se han expandido mucho más rápido que el coronavirus.

Las calles de esta pequeña ciudad de 12.000 habitantes, conocida por su barrio de bodegas centenarias y su enoturismo, han registrado una actividad normal para un lunes, a pesar de los seis equipos de televisión se apuraban a enviar sus crónicas desde la céntrica Plaza de la Paz para informar sobre el foco de coronavirus.

Ni todo Haro ha estado en cuarentena, ni sus calles han estado cortadas, ni un enfermo con COVID-19 se ha escapado del hospital, han desmentido sus vecinos, quienes lamentan el "daño" sufrido por las empresas locales por la "mala imagen" que se ha difundido de Haro en algunos medios de comunicación, ha explicado a Efe Marina Murillo.

Esta vecina ha detallado que el foco de coronavirus se inició en Haro tras contagiarse un hombre en un funeral en Vitoria y después se expandió a través de varios familiares, la mayoría de ellos de etnia gitana, por lo que el pasado viernes la Guardia Civil llegó a custodiar varios domicilios en las calles Arrabal y Conde de Haro para garantizar que se cumplían las medidas de aislamiento.

Además, miembros del Grupo de Acción Rural (GAR) de la Guardia Civil se desplegaron, a primera hora de ayer, para notificar a los infectados de Haro la obligatoriedad de mantener el aislamiento, trámite que se ha repetido este lunes en otros municipios riojanos y, en el caso de Logroño, a través de la Policía Nacional.

Murillo ha manifestado su "indignación" por el tratamiento mediático del coronavirus y le parece "absurda" toda la "parafernalia" que se ha montado durante el pasado fin de semana.

"Ha habido casos, están controlados y punto", ha recalcado y cree que esta situación afectará a la economía local, como las reservas turísticas para la próxima Semana Santa.

En una bocacalle de la Plaza de la Paz, el responsable de la tasca "Los paraguas", Francisco Javier Alvarado, ha colocado un cartel con la frase "En este local solo se habla del tiempo. ¿Lloverá? ¿No lloverá?", junto al bando municipal en el que el Ayuntamiento comunicó el pasado viernes las instrucciones de la Consejería de Salud del Gobierno de La Rioja para evitar la propagación del coronavirus.

Durante el fin de semana han permanecido cerrados el teatro, el cine, la piscina municipal y diversas instalaciones deportivas, pero los centros educativos funcionan con normalidad, algo que no ha ocurrido en la cercana localidad de Labastida (Álava), a cuya ikastola y colegio público acuden alumnos de Haro.

Alvarado ha reconocido a Efe que durante el fin de semana ha habido menos gente de lo habitual en la zona de tapeo de Haro, conocida como La Herradura, y en su opinión gran culpa la tienen "los bulos y audios que se han difundido a través de wasap".

Este hostelero ha asegurado que algunos de los primeros infectados "no guardaron la cuarentena" y recibieron las visitas de sus "numerosos primos", por lo ha considerado que estos enfermos deberían haber tenido "un poco de cabeza" para evitar que les mandasen una patrulla de la Guardia Civil al portal de su casa.

El origen del foco de la enfermedad ha propiciado cierta "indignación" entre las familias de etnia gitana que viven en la calle San Bartolomé, ya que algunos de ellos se han sentido "discriminados" por otros vecinos, ha asegurado a Efe María Carmen Gabarri.

Según han relatado, algunos jarreros, cuando se cruzan con ella o con sus familiares, "se tapan la cara para evitar contagios", pero ha insistido en que en su familia no se ha detectado ningún positivo de coronavirus.

"Si tuviera el virus, yo soy la primera interesada en cumplir el aislamiento para con contagiar a mis hijos y a mis nietos", ha insistido Gabarri, quien ha subrayado que el virus "ha llegado de China, no de los gitanos".

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