Un misterio les llevaba rondando a un grupo de apicultores de una zona rural en Francia. ¿Por qué la miel que elaboraban las abejas en sus panales eran verdes, azules, marrones y amarillas? ¿No debería ser más bien ambar el color?. Los apicultores conocen que las tonalidades de la miel de las abejas se debe en gran parte a las plantas de las que succionan materia estas pequeñas ingenieras de lo dulce. Pero el tono no había variado tanto y mucho menos había sido tan evidente en los años que llevaban dedicándose al negocio de la apicultura. El tremendo misterio no tardó en aparecer en medios de comunicación especializados, siendo National Geographic quien se hizo eco de la noticia en primer lugar.  Allí acompañaban la historia con una serie de fotografías en las que podía verse el intenso y diferente color.

Pues el misterio ya está solucionado. Las abejas se habían estado alimentando dentro de una fábrica de chocolatinas que producían M&M's, esos pequeños chocolates recubiertos de una capa dura de colores que son prácticamente iguales a los Lacasitos. La cobertura es caramelo con un tinte alimentario de diferentes colores. ¿Adivinan los colores? Verde, azul, marrón, roja y amarillo. 

Los panales de colores

Las pequeñas elaboradoras de miel al llevarse este azúcar, del que sale la miel, transmitieron de forma íntegra la tonalidad al dulce néctar. ¿Se puede comer la miel? Por su puesto, pero nos da una lección de como, una vez más, el ser humano está cambiando el hábitat de los animales y los insectos y cómo su actuación implica cambios en ellos.