MEDIO AMBIENTE

La dieta mediterránea ayuda a combatir los gases de efecto invernadero

La dieta mediterránea es aclamada en todo el mundo.

La dieta mediterránea es aclamada en todo el mundo. / Archivo

"Estamos cavando nuestra propia tumba". Son palabras del secretario general de la ONU sobre las emisiones de CO2 en la cumbre mundial del clima COP26, que se está celebrando en Glasgow desde el pasado domingo y reúne a más de un centenar de jefes de Estado y Gobierno. Más claro no pudo ser el portugués António Guterres, que pide reducir las emisiones en un 45%. Los gases de efecto invernadero vuelve a batir récord  y su incremento preocupa a los expertos. Muchas son las formas de ayudar a reducir la contaminación en el planeta: utilizar el transporte público, comprar productos locales, consumir productos ecológicos, reciclar, reducir el consumo de plásticos, disminuir el uso del agua y de la energía eléctrica, elegir energías renovables...También seguir una dieta mediterránea, algo que reduciría hasta un 72% los gases de efecto invernadero, según ha explicado Anna Bach, profesora en el Área de Nutrición de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC en el marco del tercer ciclo de #UPCDiálogos Agroalimentarios.

Seguir la dieta mediterránea puede ser un elemento estratégico para combatir el cambio climático, reduciendo en España un 58% del uso del suelo, un 52% del consumo de energía y un 33% del consumo de agua. No llevar una dieta equilibrada repleta de fruta, verdura y cereales integrales no sólo pueden destruir nuestro organismo más rápido, sino que también contribuye al desgaste del planeta porque sustituir estos alimentos por productos procesados aumenta el impacto medioambiental y pone en riesgo la vida en el planeta. Tan importante es lo que ponemos en el plato cómo de qué forma lo ponemos y cómo es el proceso que sufre ese alimento hasta que lo ponemos en el plato. 

Objetivo de Desarrollo Sostenible

Emisiones de gases Emisiones de gases

Emisiones de gases / PIXABAY

La realidad es que el 14% de los gases de efecto invernadero proviene del ganado y un 30% tiene que ver con el sistema alimentario alejado de criterios de sostenibilidad. Por eso Anna Bach defiende la necesidad de alinear los hábitos alimentarios con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Un tercio de lo que comemos acaba en la basura, y uno de los objetivos debe ser reducir en un 50% este derroche. La reducción del consumo de productos animales también puede contribuir al objetivo de un desarrollo sostenible. Veinte platos de verdura equivalen a un plato de carne en cuanto a emisiones.

Veinte platos de verdura equivalen a un plato de carne en cuanto a emisiones de gases invernadero se refiere

Así pues, es necesario cambiar los hábitos de los ciudadanos. Y hacerlo ya. Según estadísticas del informe Creating a Sustainable Food Future del 2019, del World Resources Institute, el 60% de los jóvenes está dispuesto al cambio. Dispuesto a basar su alimentación en productos de origen vegetal, a reducir el exceso del consumo de carne roja y procesada, a consumir pescado procedente de fuentes sostenibles y reducir el derroche y los residuos de embalaje de los alimentos.

Es necesario establecer un plan conjunto y llevarlo a cabo durante la próxima década. Todavía no es necesario consumir insectos para tener una proteína alternativa a la carne, segura, saludable y sostenible, como marca una de las líneas de investigación que han puesto sobre la mesa investigadores de la UOC para encontrar soluciones al problema, pero recuperar la dieta mediterránea sí que puede ayudar, y mucho, a conseguir estos objetivos.

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