La fitoterapia presenta beneficios a largo plazo en el tratamiento del sueño

Sin la adecuada toma algunas plantas provocan interacciones farmacológicas

María Dolores García.
María Dolores García.
Paola García

11 de marzo 2010 - 01:00

Como ciencia que estudia la utilización de las plantas con finalidad terapéutica, ya sea para prevenir, para atenuar o para curar un estado, la fitoterapia es una opción terapéutica del insomnio. Según defiende la doctora en farmacia de la facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla, María Dolores García Giménez, "a corto plazo la fitoterapia no es tan rápida como los medicamentos de síntesis en el tratamiento del insomnio, pero a largo plazo sí. Las plantas medicinales pueden ser buenos complementos de los fármacos sintéticos permitiendo reducir las dosis de éstos y, en consecuencia, sus efectos secundarios".

Entre las plantas útiles para combatir el insomnio está la raíz de valeriana. Ésta se suele presentar en cápsulas, comprimidos y grageas con la ventaja de enmascarar su mal olor (se le conoce como Hierbas de los gatos, por el olor desagradable a orina de gato). La dosis indicada por la Escop (European Scientific Cooperative on Phytotherapy) es de dos a tres gramos de una a tres veces al día. También se puede administrar en forma de infusión, tintura o extractos. No debe tomarse inmediatamente antes de dormir, pues puede producir hipersomnia. Debe administrarse a media tarde o bien unas dos horas antes de acostarse evitando conducir o manejar maquinaria peligrosa cuando se utiliza. Por su parte, la pasiflora, conocida como flor de pasión tiene una dosis recomendada de entre 0.5 y dos gramos para que no produzca reacciones adversas, pero cuando se utiliza durante mucho tiempo o en pacientes especialmente sensibles puede producir nauseas y vómitos.

Otras plantas son sumidad de espino blanco (utilizado en estados de ansiedad, sobre todo, si se acompaña de palpitaciones, insomnio y nerviosismo), amapola de california, flor de amapola roja, sumidad de melisa, flor de tila o flor de naranjo.

En cualquier caso, la doctora García Giménez, quien desde hace dos décadas coordina el grupo de investigación Plantas Medicinales en la universidad hispalense, enfatiza que éstas "han de adquirirse en espacios como las farmacias o parafarmacia donde haya especialistas que informan sobre su posología y sus contraindicaciones". En esta dirección, la especialista apunta que "en general, la población cree que las plantas por ser productos naturales no tienen efectos secundarios y pueden tomarse sin más. Y muy al contrario, muchas provocan interacciones". Así, el espino blanco interacciona con fármacos como la digoxina, barbitúricos, benzodiazepinas y antihistaminicos H1 pudiendo potenciar sus efectos; la valeriana está desaconsejada en embarazo, lactancia y en menores de 12 años; y la amapola roja puede producir crisis hipertensivas o teñir de rojo las heces.

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