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La inteligencia emocional aumenta el bienestar y previene riesgos de salud

La gestión de las emociones es clave para soportar la presión social del grupo

Pablo Fernández-Berrocal.
Paola García

Psicología, 25 de marzo 2010 - 01:00

El Laboratorio de Emociones de la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga lleva más de diez años trabajando sobre la inteligencia emocional (IE) y sus relaciones con otras variables relevantes del bienestar de las personas como la salud, las relaciones, o el desarrollo académico o profesional. El resultado de la labor de este equipo científico, que en la actualidad tiene ocho lineas de trabajo abiertas, son decenas de publicaciones en revistas, capítulos de libros, y libros. Del mismo modo, ellos son los creadores de la escala de IE de mayor uso en investigación psicológica y educativa en España, la TMMS-24, una medida de autoinforme que a través de 24 ítems evalúa las dimensiones de atención a los sentimientos, claridad emocional y reparación de las emociones; y también son los responsables de la adaptación al castellano de la medida de ejecución Msceit. Según, Pablo Fernández- Berrocal, miembro del equipo malagueño y coautor junto a Natalia Ramos de Desarrolla tu Inteligencia Emocional y Corazones Inteligentes, entre otros, "la inteligencia emocional tiene una relación directa con las acciones saludables".

En este sentido en un informe que firma el psicólogo junto con Natalio Extremera, la inteligencia emocional desempeña un papel en ciertas conductas de riesgo como el consumo de drogas y la depresión. Un alta inteligencia emocional en los adolescentes les facilitaría la reducción del consumo de alcohol y tabaco ya que comprenden mejor las presiones de sus compañeros para consumir, y gestionarían mejor sus discrepancias motivacionales frente a las del grupo lo que les permite soportar conductualmente la presión grupal. En los próximos meses se mostrarán los resultados de un estudio hecho por el laboratorio y coordinado por Desireé Ruiz sobre 2.500 alumnos andaluces (de Granada, Cádiz, Huelva y Málaga) en los que se analiza la relación de la inteligencia emocional tanto con el riesgo de consumo de alcohol y tabaco como de conductas violentas en la convivencia. En cuanto a la depresión, "se observa que tanto las personas que no conocen sus emociones como aquellas que se centran demasiado en ellas pero no saben cómo gestionarlas tienen riesgo de sufrir depresión", dice Fernández Berrocal. Según el especialista, la inteligencia emocional, cuan asignatura, puede educarse . El modelo para el desarrollo de la IE "trabaja la percepción emocional, la facilitación o asimilación, su comprensión, y su regulación". Así, "la estimulación de la inteligencia emocional es compatible con el ejercicio de la inteligencia cognitiva (memoria, cálculo, lenguaje, etc..) que en la actualidad es la dominante en nuestra sociedad. No tiene que anularse la una a la otra. Muy al contrario, desarrollar la sociabilidad, la sensibilidad interpersonal, favorece el rendimiento en las tareas cognitivas porque aumenta la autoestima, la integración social o el equilibrio".

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