Sociedad

La 'marea blanca' vuelve a las calles de Madrid

  • Miles de personas, en su mayoría profesionales de la sanidad pública, se manifiestan al grito de "la sanidad no se vende, se defiende", contra los planes de externalización de la gestión de centros de la Comunidad de Madrid.

Miles de personas, en su mayoría profesionales de la sanidad pública madrileña, han participado este sábado  en una nueva marea blanca que recorre algunas de las principales calles de la capital, en un marcado ambiente festivo y al grito de "la sanidad no se vende, se defiende". Convocadas por la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública de Madrid y la Plataforma Asamblearia de Trabajadores y Usuarios por la Salud (Patusalud), los profesionales, vestidos en su mayoría con las batas blancas cuyo color da nombre a su protesta, están mostrando así, una vez más, su oposición a los planes de externalización de la gestión de hospitales y centros de salud de la Comunidad de Madrid.

El grueso de la manifestación, que se ha ido formando a lo largo de la mañana con las diversas columnas de manifestantes que han partido de los hospitales de toda la región, han gritado a su paso por el Ministerio de Sanidad, en el paseo del Prado, "ahí está, ahí está la cueva de Alí Babá". La manifestación fue precedida de una pancarta con el lema "La sanidad no se vende, se defiende" y muchos participantes portan carteles con frases como "La sanidad del PP es muy particular" y "Si vendéis La Paz presentaremos guerra". Ana G.O., una psicóloga del sistema publico madrileño, ha dicho que el Gobierno autonómico se está valiendo de su mayoría absoluta para "arrasar" con el sistema sanitario público, como está haciendo también, a su juicio, con la educación y el agua. Considera que la Comunidad de Madrid no va a dar marcha atrás en sus planes de "privatización" pero cree que los ciudadanos deben manifestar su oposición a lo que entiende como un "ataque a los servicios públicos". Durante la manifestación, autorizada hasta las 15:00 horas, muchos profesionales de la sanidad pública madrileña que están de guardia han acudido a sus puestos de trabajo con lazos negros en apoyo a la protesta, según han indicado fuentes sindicales.

"Un chiringuito en beneficio de los especuladores"

Las convocantes de la marea blanca han acusado al Gobierno regional en un manifiesto de montar "un chiringuito en beneficio de los especuladores". El manifiesto ha sido leído en la Puerta del Sol al término de una manifestación que ha reunido a 70.000 personas según la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública, entre 40.000 y 50.000 según los sindicatos y entre 3.000 y 3.500 según fuentes policiales.

El presidente de la Asociación de Diabéticos de Madrid, Juan Manuel Gómez, y una pensionista, Susana López, han leído un texto en el que, entre otras cuestiones, se pide la dimisión del presidente madrileño, Ignacio González; el consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, y el director general de Hospitales de la Comunidad, Antonio Burgueño. Además, se exige la derogación, entre otras normas, del real decreto de 2012 del Ministerio de Sanidad que estableció el copago de medicamentos y la retirada del Plan de Garantías de la Sostenibilidad del sistema sanitario de la Comunidad de Madrid que supone la externalización de hospitales y centros de salud.

Los organizadores de la marea blanca hacen una llamada a la movilización ciudadana contra el plan regional porque supone, entre otros cambios, la privatización de servicios y la extinción de categorías profesionales. Implica también, han dicho, el cierre de centros como el Instituto de Cardiología y la Agencia Laín Entralgo y la reducción de laboratorios que se concentrarán en un número reducido de hospitales.

El texto leído en la manifestación de critica que la Comunidad de Madrid no ha aportado "ni una sola razón" que sostenga la necesidad de acometer su plan y argumenta que el problema que lleva a estos cambios no un exceso de gasto sino un "modelo político" con que aseguran que no quieren ser cómplices. Asimismo, han denunciado que el plan "fomenta la exclusión sanitaria de los más desfavorecidos" y que "en lo único que es eficiente es en trasladar el dinero del bolsillo de los ciudadanos a las empresas" que gestionarán los centros. Según el manifiesto, la sanidad pública tiene un coste "muy inferior" a la media europea y mundial y si se consuman los cambios planteados por la Comunidad una parte de la población se quedará sin una asistencia sanitaria adecuada.

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