El teletrabajo ha sido la salvación para millones de personas en todo el mundo, debido al confinamiento por el coronavirus que nos obligó a quedarnos en casa. Sin embargo, la nueva normalidad a la que se quiere llegar al finalizar la fase 3 del plan de desescalada, provocará la vuelta al trabajo presencial.

Según el Banco de España, se calcula que un 80% de las empresas españolas ha incrementado el teletrabajo con el fin de conseguir que su actividad se resienta lo menos posible ante esta crisis económica y sanitaria.

Sin embargo, muchas empresas quieren volver a la normalidad confiando en que después del verano, la pandemia esté más controlada. Será entonces cuando los trabajadores verán los cambios sufridos en las oficias y negocios.

"Parece evidente que el miedo a la Covid-19 nos llevará a un modelo de oficina de tipo panal de abejas, en la que cada trabajador quede aislado de sus compañeros", afirma Miguel Arenas, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UCO). "Muy diferente a la idea de diseño de planta abierta u open plan con espacios absolutamente diáfanos que se implantó en los últimos años para mejorar el rendimiento y la comunicación entre los trabajadores".

Limpieza y desinfección de los puestos de trabajo.

Barreras o mamparas

Para evitar el contagio, la distancia social y el uso de mascarillas son obligatorios, así que los paneles, las barreras o las mamparas se convertirán en un elemento necesario en aquellos inmuebles que necesiten una separación. "Ante la situación de crisis sanitaria, las empresas se verán obligadas a utilizar barreras físicas para mantener una separación efectiva entre los puestos de trabajo cuando no se pueda garantizar la distancia mínima de dos metros entre los trabajadores", asegura Arenas. 

En Dinamarca se ha realizado un estudio a más de 2.400 empleados, a medida que aumentaba la cantidad de personas que trabajaban en un mismo espacio, también crecía el número de empleados a los que se daba la baja médica. Los que trabajaban con más de seis personas registraban un 62% más de días de ausencia por enfermedad.

Limpieza y desinfección

Otro de los rasgos característicos de todos los locales será la limpieza. "Volverá a tenerse en cuenta el síndrome del edificio enfermo y a corto y medio plazo tendrán un peso relevante los protocolos de limpieza y desinfección en las oficinas y en los espacios comunes, así como las mejoras y las revisiones continuas de los sistemas de filtración de aire», afirma Iván Ciudad Valls, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC.

La mascarilla es de uso obligatorio en espacios cerrados, pero en el puesto de trabajo solo si la actividad lo requiere.

Por turnos

Otro punto importante en el trabajo presencial será el evitar aglomeraciones. Por eso, desde la universidad catalana se afirma que habrá empresas que impulsarán los turnos rotativos y progresivos de presencialidad. "En principio se incorporará un porcentaje de la plantilla que se aumentará gradualmente, y se retrasará la incorporación de las personas especialmente sensibles y de las que convivan con personas vulnerables", explica Ciudad. Con los turnos será imposible que coincida en el mismo inmueble toda la plantilla.

Las mascarillas, si el trabajo lo requiere.

Sin huella para fichar

Más detalles en la nueva normalidad en lo referente al trabajo: se eliminará temporalmente la huella biométrica y se utilizarán cada vez más tarjetas de acceso sin contacto u otro tipo de aplicaciones para fichar a la entrada y salida del trabajo.

Jornadas de cuatro días

Diferentes sindicatos y empresas han lanzado propuestas para promover las jornadas laborales de cuatro días. "Es muy probable que muchas empresas se planteen que las jornadas sean continuas o incluso que se implementen jornadas de cuatro días", asegura Ciudad. Los beneficios de reducir la jornada laboral son muchos: mejor calidad de vida para el trabajador, más ocio, conciliación personal y familiar y dedicación a proyectos de pequeño emprendimiento", afirma Antonio Fernández García, profesor de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la UOC.