La proteína N del SARS-CoV-2 producida en plantas, útil para los test serológicos
Estudios sobre la covid
Un estudio demuestra la validez de la proteína N de SARS-CoV-2, producida por la especie de origen australiano Nicotiana benthamiana, para el diagnóstico serológico de covid-19.
Un equipo de investigadores ha producido la proteína N del virus SARS-CoV-2 en plantas de la familia del tabaco cultivadas con biotecnología y ha demostrado que se puede utilizar para fabricar test serológicos de covid-19.
En la investigación han participado dos centros del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (INIA-CSIC): el Centro de Investigación en Biotecnología y Genómica de Plantas (CBGP) que ha coordinado el estudio, y el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA), que ha hecho los ensayos serológicos con muestras de pacientes.
De la producción, purificación y comercialización de la proteína se ha encargado la empresa biotecnológica Agrenvec, una spin-off del INIA-CSIC.
La proteína N recombinante supone una alternativa a los test serológicos que se basan en la proteína S, porque permite distinguir a las personas vacunadas de las infectadas, tiene menor tasa de mutaciones y se genera de forma rápida a bajo coste.
Los test serológicos de anticuerpos son una de las principales vías para valorar la respuesta inmunológica de las personas que han pasado la covid-19 (sintomáticas o no) y de las vacunadas.
Los reactivos más importantes para estos ensayos son las proteínas virales, procedentes generalmente de técnicas biotecnológicas. Para hacer frente a la alta demanda de pruebas serológicas los científicos buscan nuevos métodos que aseguren grandes cantidades de proteínas del virus a precios razonables.
Este trabajo, publicado en la revista Frontiers in Plant Science, demuestra la validez de la proteína N de SARS-CoV-2, producida por la especie de origen australiano Nicotiana benthamiana, para el diagnóstico serológico de covid-19.
Su eficacia se ha comprobado en más de 400 sueros humanos procedentes de la región de Madrid, caracterizados previamente en el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA-CSIC).
Actualmente, la proteína Spike (S) y la proteína Nucleocápside (N) del virus SARS-CoV-2 son las principales dianas de la respuesta inmune y, aunque la mayoría de las pruebas para detectar anticuerpos frente al coronavirus se basan en la proteína S, se prevé que la segunda vaya ganando protagonismo con la llegada de las nuevas generaciones de vacunas.
"Los test serológicos basados en esta proteína son idénticos (ELISA, por ejemplo). Lo importante es que se está generando una gran demanda de proteínas de SARS-CoV-2 que exigen su producción masiva. Por ejemplo, van a ser muy necesarias para establecer la duración de la inmunidad tras sufrir la enfermedad", explica Fernando Ponz, del INIA-CSIC.
"Por el momento, mientras se siga empleando solo la proteína S (o su ARN mensajero) para vacunar, la proteína N no serviría para establecer la duración de la respuesta inmune, pero sí que será muy útil cuando lleguen las nuevas generaciones de vacunas que incluyan más de una, si entre ellas está la proteína N", avanza el investigador.
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