Dice el popular dicho que se necesitan hasta cuarenta músculos para arrugar la frente, pero que tan solo son necesarios quince para sonreír. Sonreír es una de las mejores formas de mostrar nuestra alegría, conformidad o incluso la comodidad que sentimos ante nuestros interlocutores o en determinadas situaciones. 

Pues bien, según un estudio realizado en la Universidad Estatal de Michigan, existen determinados impactos al fingir la sonrisa. De hecho, se realizó el seguimiento de 58 personas durante dos semanas y este grupo mostraba que cuanto más fingían al sonreír, peor se sentían más tarde, mostrando altos niveles de enfado, irritabilidad y tristeza. 

Por ello, en el año 1924, Carney Landis, psicólogo de la Universidad de Minnesota, investigó si se reacciona de la misma forma emocionalmente a estímulos iguales. La principal conclusión era que hasta en los estímulos de más violencia la reacción más espontánea era la sonrisa. Con ello, se descubrió que existen hasta 19 tipos de sonrisas pero que tan solo 6 de ellas son la auténtica expresión de alegría, satisfacción o diversión. Estas son las señales que te ayudarán a distinguir una sonrisa forzada de dolor, incomodidad o tristeza de una verdadera.

Sonrisa de Duchenne

Su nombre se debe al neurólogo de origen francés Duchenne de Boulogne, descubridor de este tipo de sonrisa en el s.XIX. Define a una contracción de los músculos cigomático tanto mayor como menor y se produce cerca de la boca. Eleva las comisuras de los labios y va acompañada de una contracción del músculo orbicular, lo que provoca que también se eleven las mejillas causando las arrugas de felicidad alrededor de los ojos. Es una sonrisa auténtica dado que la mayor parte de la población no puede contraer de forma voluntario la zona orbicular.

Sonrisa falsa

Como consecuencia de la anterior, existe la sonrisa por educación o social, que es la que forzamos cuando algo realmente no nos produce las ganas de sonreír. Las comisuras de la boca se eleva pero los ojos no se contraen, además suele tener una duración excesivamente corta o larga.

Sonrisa de miedo

Es un tipo de sonrisa producida por una situación de nervios o miedo, incluso los bebés sonríen ante circunstancias de angustia. Según la Universidad de Yute es una sonrisa muy común cuando estamos ante alguien que consideramos superior.

Sonrisa atenuada

Esta sonrisa es un intento de reprimir la verdadera sonrisa. Se produce cuando apretamos los labios elevando las mejillas o cuando intentamos presionar las comisuras para intentar controlar el verdadero énfasis de nuestra sonrisa.

Sonrisa miserable

Es una sonrisa cuyo principal propósito es transmitir nuestra tristeza. Se trata de un gesto asimétrico que va acompañado del dolor de nuestros ojos. Suele darse mucho en campeonatos o torneos en los segundos o terceros premiados.

Sonrisa calificativa

Esta es la que más irrita al que la recibe. Suele acompañarse con la llegada de una mala noticia. Es una sonrisa en la cual se levanta de forma ligera el labio inferior y además se inclina levemente la cabeza para acompañarla.

Sonrisa de desprecio

Este gesto es una combinación de disgusto y resentimiento y suelen ser de las más contradictorias ya que es igual que una sonrisa genuina, tan solo cambia que las esquinas de los labios están apretadas fuertemente.

Sonrisa de alegría maliciosa

La clásica sonrisa de los antagonistas de las películas. Se produce cuando su emisor se alegra por la desgracia ajena, tratándose de una sonrisa fija acompañada de una expresión de enfado en la parte superior de la boca.