Un tercio de las mujeres europeas ha sufrido violencia machista en algún momento de su vida

Europa llega al 25N con una deuda pendiente: millones de mujeres siguen sin atención adecuada y la mitad de los Estados no contempla la violencia machista en sus estrategias de salud

El alcalde de Alpedrete niega el asesinato machista de María del Pilar tras 50 puñaladas y luego rectifica: “Quería mucho a su mujer”

Mujeres alzan la voz contra la violencia machista desde lo rural en Palencia.
Mujeres alzan la voz contra la violencia machista desde lo rural en Palencia. / EFE/ Almudena Álvarez

A solo cuatro días del 25N, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el Gobierno y la OMS han lanzado un informe que evidencia que la violencia machista es un problema estructural arraigado profundamente en la socidad. De este modo, la ministra de Sanidad, Mónica García, y el director de la OMS en Europa, Hans Kluge, han presentado un informe que revela un dato demoledor: casi un 29% de las mujeres europeas han sufrido violencia física o sexual de su pareja en algún momento de su vida. Una realidad que, a pocos días de la gran jornada de reivindicación, obliga a mirar de frente la magnitud del problema.

El documento también pone en evidencia la falta de compromiso institucional: solo el 43% de los países europeos cuentan con políticas nacionales que incluyan la violencia contra las mujeres, y las regiones con programas específicos para niñas, adolescentes o mujeres con discapacidad apenas alcanzan el 6% y el 17%. Brechas que, como ha recordado la misnitar García, siguen dejando a demasiadas supervivientes fuera del sistema.

Grave brecha en la protección y atención sanitaria

Hay que asegurar que nuestro sistema sanitario elimina todas las barreras que hacen a las mujeres no confiar”, sostuvo la ministra en la apertura de las jornadas ‘¡Yo te creo! Construir sistemas de salud que pongan en el centro a las mujeres y niñas supervivientes’. Un encuentro que culminará con una declaración política para reforzar la detección, prevención y respuesta sanitaria ante la violencia machista.

García ha reinvicado los avances en España, como el programa de atención temprana en atención primaria, un instrumento común en todo el país que garantiza —dijo— una respuesta “homogénea, empática y centrada en la seguridad y recuperación de las víctimas”. También subrayó la formación específica del personal sanitario y el nuevo plan de salud mental 2025-2027, que reconoce a las víctimas como colectivo prioritario; si bien los mecanismos no son suficientes dado que, por ejemplo, en España suman un total de 37 mujeres asesinadas por violencia machista en lo que va de año.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, advirtió de que solo desde los “consensos” se avanza en igualdad y alertó de que la irrupción de la extrema derecha en las instituciones “puede hacer retroceder a la sociedad” en la lucha contra la violencia machista. Una llamada de atención que, a las puertas del 25N, resuena con especial fuerza. Se trata de una denuncia que se produce días después del último asesinato machista perpetrado en Madrid, donde un hombre ha matado a su mujer con hasta 50 puñaladas y luego se ha suicidado pero ha sido "exculpado" tanto por alcalde de la localidad de Alpedrete, donde residía el matrimonio, como por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; quienes defienden que no es un asesinato machista porque el hombre estaba desbordado por una situación de dependencia; un relato respaldado por los hijos de la pareja.

En otro orden de asuntos, el director de la OMS en Europa, Kluge, detalló algunas de las recomendaciones clave del informe: incluir explícitamente la violencia contra las mujeres en todas las estrategias nacionales de salud, asegurar servicios de atención a agresiones sexuales centrados en las supervivientes y ajustarse a las directrices de la OMS y a los estándares internacionales de derechos humanos. García insistió en un punto decisivo: los sanitarios no deben denunciar sin consentimiento de la víctima, pero sí acompañarla y dejar constancia de su situación en la historia clínica. Y dejó un mensaje claro, casi a modo de balance y advertencia: “Tenemos las herramientas, lo que necesitamos ahora es la voluntad”.

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