Desde 1970 Beas es el pórtico a estas fechas tan señaladas, como es la Navidad, con el Belén Viviente más antiguo de Andalucía y el más extenso de España. Con más de 50 años de antigüedad, su próxima edición se verá inaugurada a principios de diciembre. Considerada una de las siete maravillas de Huelva, en el belén, todas las familias del pueblo participan de una forma u otra en que todo salga a las mil maravillas y el visitante quede prendado de las delicias de esta tierra. Porque en Beas nace la navidad en Huelva y la Navidad en Huelva no tiene sentido sin el Belén Viviente de Beas.
Belén Viviente de Beas
El oro líquido que fluye de sus entrañas
Pero Beas rezuma también historia o naturaleza que la convierten en esa gran desconocida de la que fluyen cientos de encantos de entre los que destaca su oro líquido: El AOVE.
Su aceite de oliva virgen extra cosechados sobre mares de olivos otorgan a Beas ese sabor diferencia en todos los sentidos. No en vano, son muchos los premios que reciben las variedades de aceites que salen de sus almazaras (Olibeas y Aceites Candón -con posibilidad de visitarlas previa reserva para grupos-) y eso sólo se consigue con esfuerzo, trabajo y amor por lo que se hace. Porque, aunque la forma de trabajar el aceite ha cambiado con el paso de las décadas, el producto sigue portando una calidad extrema debido al cariño que desde el pueblo se brinda a este modo de vida.
Puede recorrerse este paisaje a través de la Ruta del Aceite de Beas y degustar la rica gastronomía asociada al aove en alguno de los restaurantes del municipio.
Ruedo de Beas. Silos del Cortijo
Historia y tradición sin paragón
Deteniéndonos en la historia del municipio encontramos conjuntos dolménicos (El Labradillo, declarado BIC), que se intrinca en la ruta megalítica de senderismo, certificada por la Federación Andaluza de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo (FEDAMON) o joyas arquitectónicas como la Parroquia de San Bartolomé, la Capilla del Hospital de Santa María de Gracia (XVI), la Capilla de la Cruz de los Mozos (XX)y las ermitas rurales de Clarines (XV-XX) y Las Mercedes (XIX) esta última en Navahermosa, entre otras.
Sus fiestas de San Bartolomé o su Romería de Clarines también destacan durante un mes de agosto en el que el beasino vive intensamente sus fiestas mayores. Pero el gran tesoro del pueblo (o los pueblos que forman Beas -Clarines, Candón, Navahermosa y Fuente de la Corcha-) son sus gentes. Ahí radica el éxito de todo lo anteriormente expuesto y que sin la forma de ser tan típica de Beas sería imposible conseguir. ,
