¿Pueden las frutas y hortalizas acercarnos a la felicidad?
Anuario Agricultura & Alimentación 2023
Guías de alimentación oficiales recomiendan que se consuma una hortaliza verde y otra naranja/roja, como el tomate, al día
La Real Academia Española de la Lengua define la felicidad como el estado de grata satisfacción espiritual y física. Este concepto a simple vista se antoja sencillo, especialmente en las sociedades donde tenemos la suerte de tener las necesidades vitales básicas cubiertas, pero de ser esto así, ¿por qué cada vez sentimos la felicidad como algo más lejano?
La OMS considera que 1 de cada 4 personas sufrirá desequilibrios mentales a lo largo de su vida, incluso que la ansiedad y la depresión podrían suponer la causa principal de discapacidad en todo el mundo durante el 2023. Por ello propone dejar de darle la espalda a estos hechos y empezar a abordarlos con todas aquellas herramientas útiles a nuestro alcance. Una de las herramientas consideradas en dicho abordaje es la alimentación.
Durante muchos años, la ciencia no terminaba de establecer una relación directa entre el estado de animo y la dieta. Sin embargo y afortunadamente, hoy día esto ha cambiado y ambos conceptos están oficialmente interrelacionados. Un ejemplo de ello es que la Asociación Americana para la Nutrición y la Asociación Americana de Psiquiatría, recomiendan llevar una dieta más saludable que aporte más vitaminas y minerales, grasas saludables y fibras provenientes de frutas y verduras, granos integrales, frutos secos y semillas, los cuales reducen la inflamación y modulan positivamente neurotransmisores relacionados con la depresión. Esta relación se extiende más allá de qué comes a cómo te sientes, cómo te comportas y en última instancia, qué tipo de bacterias habitan en tu flora intestinal.
Una dieta saludable promueve una flora saludable que comunica con el cerebro a través de unas señales bioquímicas bidireccionales dentro de lo que se llama el eje intestino-microbiota-cerebro, produciendo en este caso serotonina y dopamina, principales reguladores de las emociones y estado de animo. En 2020 un grupo de científicos de Harvard describieron el papel fundamental de la microbiota en algunos desordenes psiquiátricos incluida la depresión.
Haciendo un guiño a nuestro apreciado tomate, merece la pena resaltar un estudio reciente llevado a cabo por la universidad de Ohio (EEUU) donde se vio como el consumo de tomate durante 2 semanas mejoraba el perfil de microorganismos intestinales asociados a enfermedad cardiovascular, diabetes II, inflamación y obesidad.
Consumir tomate de manera regular es una garantía de una buena salud. Incluso guías de alimentación oficiales como la canadiense recomiendan que se consuma una hortaliza verde y otra naranja/roja como el tomate, al día.
En general, las frutas y hortalizas contienen nutrientes específicos como fibra, vitamina C, vitaminas del grupo B, carotenoides, potasio y polifenoles que están relacionados de una manera o de otra con la salud mental, más concretamente y según los estudios, con el optimismo, eficacia, concentración y síntomas depresivos.
Independientemente de realidades que quedan fuera de nuestro alcance, como la crisis económica o sanitaria y que, sin duda, afectan a nuestra felicidad, es evidente que, cada vez necesitamos más estímulos para ser felices; poco a poco estamos perdiendo la capacidad de apreciar lo simple, lo real, lo auténtico, en definitiva, lo que nos devuelve nuestra esencia como seres humanos. Ayudémonos de la alimentación tan sencilla y tan rica que nos ofrece la tierra, como son nuestras apreciadas frutas y hortalizas, para nutrir así nuestro físico, nuestro espíritu y acercarnos cada vez más a la utopía de la felicidad.
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