¿Alguien vio la programación especial de La 2 dedicada a Silvio Berlusconi?

Nuestra televisión pública no estuvo a la altura de las circunstancias con motivo del fallecimiento de Silvio Berlusconi. Si La 2 fuese la cadena viva, atenta a la actualidad y concienciada con la cultura contemporánea que debía ser, lo deseable de un segundo canal, durante esa jornada histórica no habrían faltado en su parrilla las excelsas películas de Paolo Sorrentino Silvio (y los otros) y la prodigiosa La gran belleza.

Habríamos tenido un debate de altura, a la manera de los que veíamos en Millenium, a propósito de lo que ha supuesto la figura del populista Berlusconi en la Italia de las tres últimas décadas.

Y por supuesto, no podíamos dejarlo de lado, la televisión pública (quién si no) habría tenido que abordar lo que supuso el desembarco del magnate italiano en el mundo de la televisión, en la televisión de Italia y en la de España, mancillándolas, convirtiendo a los espectadores en clientes y las parrillas televisivas en un nicho donde atraer cuanta más publicidad, mejor. A un coste ético intolerable.

Pero dado que el segundo canal de nuestra tele pública vive en el limbo (no hablemos ya de La 1), dedicó su horario estelar a reemitir Capitanes intrépidos (1937) y a repetir los documentales sobre los avatares de los españoles en las guerras mundiales, tantas veces repuestos en la parrilla.

Lo insólito fue que incluso en el debate de Xabier Fortes, La noche en 24, despacharon la desaparición de Silvio Berlusconi en 5 minutos, a punto de acabar el programa, entretenidos como estaban en dilucidar si Sumar sumaba o restaba. Cuando Italia, con sus 59 millones de habitantes, cuna del arte, es el país europeo con más similitudes a España.

Conocer su contexto, su pasado y su presente, ayuda y mucho a comprender el nuestro. Italia no está tan lejos. Culturalmente, por historia, aquí mismo. Qué gran oportunidad perdida para profundizar en las claves de la sociopolítica italiana. De nuestros hermanos.