El programa “con Boris", más que “de Boris”, Desmontando la Historia aparece en el prime time de La Sexta y ya eso es bastante mérito para las programadores de Atresmedia. Puede existir un programa de marcado carácter cultural y divulgativo en el horario estelar de una cadena que busca audiencia, aunque lo de buscar público y anunciantes al peso no debería ser siempre el objetivo, como es el caso. Es como debería haber hecho RTVE en toda su historia para haber conservado ese prestigio que en muchas ocasiones ha perdido por las costuras. Desmontando la Historia sería un lógico programa de La 2, pero también a escala andaluza fue un interesante formato en Canal Sur. Y es un contenido recomendable en La Sexta aunque no sea ese contenido de masas, relajación y evasión que por cliché se piensa para ideal para el horario nocturno. Hay que arriesgarse cuando el público está mirando el móvil.

El programa “con Boris” trata con rigor y respeto nuestro pasado sin caer en superficialidades pero con la sana atención de reunir a seguidores que tal vez no estaban versados . Lo principal es que no es un contenido que caiga en sesgos, en interpretaciones interesadas y en ese defecto de comparar y juzgar lo que sucedió en otros siglos con la mirada que tenemos los habitantes del siglo XXI, que somos muchos y diversos.

La Historia de España es para aceptarla y sobre todo para conocerla con sinceridad. Sin orgullos artificiosos pero también sin prejuicios que en ocasiones han sido larvados por intenciones tóxicas desde la política o desde los intereses foráneos.

Además de las animaciones y de unos cicerones desenfadados y nada petulantes, Desmontando la Historia habla de nosotros sin vergüenza. Lo que ha creado la productora MBC es una docuserie entretenida y potable, lo que quiere decir mucho tratándose de sus delicados mimbres de nuestros antepasados. Es el camino para hacer otros muchos formatos similares donde España, en su inmensidad e integridad, la podamos recuadrar sin venenos.