Crónica de la noche musical

Blanca Paloma destaca en una gala eurovisiva martilleante

Blanca Paloma y sus bailaoras, 'Eaea', Eurovisión 2023

Blanca Paloma y sus bailaoras, 'Eaea', Eurovisión 2023

De Londres a Liverpool median 56 años. De La, la, la al Ea, ea, ea. De la virginal Massiel a la arquera Blanca Paloma. De la orquesta en el foso del Royal Albert Hall a las pantalla gigantes con un color negro potente que formaba un colosal coliseo al M&S Bank Arena de la ciudad de los Beatles.

envolvía un colosal coliseo al M&S Bank Arena de la ciudad de los Beatles. Liverpool ha sido una excelente anfitriona acogiendo la cita que no podía albergar Ucrania. Los lugares de ambos países se entrelazaban con rincones autóctonos en las postales de los participantes. Por España apareció el teatro romano de Sagunto, con Blanca Paloma muy sonriente, conectado con otro recinto romano británico, en Cornwall y el anfiteatro de la maltratada capital ucraniana.

'Flag Parade', desfile de las banderas de Festival de Eurovisión 2023

La noche eurovisiva comenzó en el metro de Kiev. No podía ser de otra forma, con Kalush Orchestra entonando Stefania y el desfile de banderas. Ahí estaba orgullosa la de Elche, con su nana desbordante, una cantaora que tuvo una actuación sobresaliente, cerrada, con la realización en su punto. Una gran actuación de Blanca Paloma y de España en Eurovisión. Lo que dictaran los votos ya era otra cosa. Sobre todo el televoto ante los ucranianos Tvorchi.

La francesa La Zarra La francesa La Zarra

La francesa La Zarra

Y sobre todo para la sueca Loreen y Tatto y Kääriyä, el finlandés de Cha cha cha, llamado a proclamarse en los desfiles del Orgullo que se repartan por el planeta. La brújula basculaba entre el Norte y el Sur. Escandinavia y  España-Francia. La diva La Zarra no deslumbró tanto como se preveía. Como le sucedió a la propia Loreen. Tattoo sonaba a Euphoria 2.0. Apabullante, contorsionista, pero ya conocido. Aunque los eurofans mandan.

En el caso del Cha cha cha finlandés, surgido de una sesión ibicenca, era tan furioso como atractivamente canorro. Multicolor y machacón. Con permiso de la paloma y los pichones, lo mejor de la noche. Una noche de arcoíris.

'Cha cha cha', la canción finlandesa 'Cha cha cha', la canción finlandesa

'Cha cha cha', la canción finlandesa

La gala, como siempre, se hizo algo larga, sólo animada por el día después, por los votos. Sin la decisión de público y jurado Eurovisión sería un programa donde suenan cosas que ya hemos oído. O parece que hemos oído. Por eso Eaea ha sonado diferente. Rompedor. Flamenco. Español y desgarrador.  No hace tantos años la mayoría de los números de anoche habrían impactado. Pero ya no es sólo estallar de luces el escenario. Más que nunca a la puesta en escena le tiene que acompañar una melodía sorprendente. Una canción con calidad. Un videoclip que seduzca. Por ahí la representante española llevaba sus credenciales.

Entre medias de los temas más esperados, una sucesión de baladas, electropop y algún despunte con aire de Queen como la canción australiana que animaron este sábado continental. Sorpresas como el belga Gustaph y una par de chaneles con dance break como Blanka, la polaca, y su tema que podría sonar en discos amables, y la israelí Noa Kirel, que se metió entre las favoritas.

Alessadra, Queen the kings, se redimió de su desastroso ensayo del jurado aunque le iba a pesar en esa pugna final. Entre los autoeliminados, Alemania con un heavy pegajoso. Y el ídolo Marco Mengoni, muy Italia. Muy él. Y nuestros vecinos de Portugal, con Mimicat defendiendo bien su serenata lusa.

Cerraba la gala previa a las votaciones la anfitriona Reino Unido. Sin grandes originalidades, con Mae Muller, diva sin romper, precedida por los chikilicuatres antisoviéticos de Croacia. La recta final fue de tobogán, llevadera para alcanzar la hora decisiva. 

Y entre el montón de canciones, de lo mejor, nuestra cantaora. Blanca Paloma ante los nórdicos. Eaea, en honor a la loreña yaya Carmen. Una flecha al corazón europeo.

Fue otra feliz noche entretenida. ¿Para qué pedir más a La 1? Tony Aguilar y Julia Varela, impecables. Como siempre, eh.

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