Eurovisión, que nos quiten lo 'bailao' y las decepciones

Los pronósticos auguran que Lucía Pérez seguirá la estela de desastre de Soraya o Las Ketchup

Lucía Pérez en su ensayo ya con la ropa que vestirá este sábado.
F. A. G.

13 de mayo 2011 - 05:00

Que me quiten lo bailao no parece que vaya a pasar a la historia de Eurovisión. Este sábado toca cita en Düsseldorf, pero no parece qu sea el día para la intérprete española, Lucía Pérez. La primera gallega que va al festival actúa entre las últimas, lugar que contemplan las casas de apuesta y muchos eurofans. La estela de Lucía parece seguir el destino de desastre de los últimos participantes españoles. Desde que se instauró el televoto, hace casi quince años, y aunque ahora un 50% de la puntuación la pronuncia un jurado, España no se acerca a los lugares nobles. El que más cerca estuvo fue David Civera, en 2001, que quedó séptimo. Quien estuvo más cerca de la gloria fue la malagueña Anabel Conde que en 1995, en Dublín, quedó segunda y a unos centímetros de Noruega. Para recordar logros españoles en el Festival hay que remontarse a los tiempos en blanco y negro (Massiel y Salomé, 1968 y 1969), como también para evocar notables participaciones como la de Mocedades, segundos en 1973. La última gran canción que aportó España al festival fue la de Bailar pegados, en 1991, en Roma. Sergio Dalma quedó cuarto en una pugna muy apretada.

El repaso de la historia reciente de TVE en Eurovisión es un cúmulo de sinsabores para los aficionados de la cita eurovisiva, que es de los pocos acontecimientos ajenos al fútbol capaces de reunir audiencias millonarias en todo el continente.

El pasado año, con Jimmy Jump demetepatas colaborador, Daniel Diges se tuvo que conformar con el puesto 15º con Algo pequeñito. El año anterior Soraya Arnelas se llevó un injusto batacazo con La noche es para mí y acabó penúltima, la 23ª. El público pidió que en 2008 Rodolfo Chikilicuatre fuera a Belgrado y el personaje de Buenafuente terminó el 16º con Baila el Chiki-chiki. D'Nash en 2007 acabó en el vigésimo puesto, uno por encima del fiasco de Las Ketchup, en 2006, con Bloody Mary. Las ecijanas Son de sol también quedaron en el 21º. Antes de entrar en barrena, los participantes de OT alcanzaron el 10º, con Ramón, en 2004,; Beth, 8ª en 2003; y la decepción nacional que supo el séptimo lugar de la granadina Rosa López, en 2002, con Europe's living a celebration. OT reanimó efímeramente un festival decepcionante para España.

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