Juanra Bonet: “Los personajes dejan aquí paso a la persona”
'¿Quién quiere ser millonario?'
El quiz británico regresa este viernes al ‘prime time’ y lo hace con famosos. Antonio Resines, David Broncano y Bibiana Fernández participan en el primer programa
David Broncano, Bibiana Fernández y Antonio Resines se convierten en los primeros famosos que se pondrán a prueba en ¿Quién quiere ser millonario? Juanra Bonet regresa así al prime time, compatibilizando con su juego diario, ¡Boom!, y es el conductor en Antena 3 del veterano quiz británico que ha cumplido 21 años en España.
–En esta web lo hemos dicho en mas de una ocasión: usted es el único presentador de entretenimiento que no grita.
–Me lo tomo como un cumplido ¿no? Pero yo en la vida real soy muy gritón, disfruto con el jaleo. Pero en los programa me gusta jugar con ese personaje tipo de Woody Allen. Me gusta que en el presentador haya diferentes tonos. También uso un truco muy miserable y que a veces me callo porque no sabes cómo acabar un chiste. Entonces cada uno lo acaba en su cabeza y así cada espectador tiene en su mente su chiste perfecto, pero yo no he dicho nada.
–¿El silencio es a veces la más sutil de las ironías?
–Hay gente que juega de maravilla con los silencios. Es una forma de estirar a veces la broma, la ironía, de algo que estás hablando. De los concursantes, Manolo Romero, el jerezano de Los Dispersos, es un maestro para colocar el silencio en su justo momento.
–¿Es de los que habla mucho con los concursantes antes de comenzar a grabar?
–Sí, es parte de todo el conjunto. Siempre hablo con todos los concursantes antes de empezar cada programa, en ¡Boom! y en ¿Quién quiere ser millonario? Se rompe el hielo y hay igualdad en la intimidad. Eso ocurre con quienes se enfrentan a Los Dispersos para que todos estén en igualdad de confianza. A los nuevos les explico cuatro truquitos sobre la mecánica del programa y así están más tranquilos.
–¿Y cómo se puede tranquilizar a alguien que está solo para ganar un millón de euros?
–Hay que calmar porque la silla del Millonario es dura. Esa silla te desnuda, te muestra cómo eres, con las dudas, las confianzas. En el caso de los famosos nos vamos a sorprender de cómo se implican. No están jugando para ellos sino para una ONG. Se te va el personaje y ves a quién está detrás. Los personajes dejan aquí paso a la personas. Lo más flipante es que son titanes y ‘titanas’, que conoces por televisión, que crees conocer y ves cómo sufren, cómo se agobian.
–¿Esto es cómo un programa de entrevistas personales sin tener que entrevistar?
–Sí, hay momentos de Jesús Quintero. En ese silencio también se conoce a los famosos. Y todo es tan sencillo:dos sillas y dos tablets, quince preguntas y un millón en juego. Está compartiendo la intimidad de los famosos en ese plató
–¿El juego es una excusa para conocerlos?
–Hay una mezcla de todo a partir del juego. Hay una implicación emocional impresionante y se crea una atmósfera preciosa. En ¿Quién quiere ser millonario? no hay problemas de tiempo. El concursante tiene todo el tiempo del mundo y en ese tiempo los vamos conociendo mejor.
–¿Le sale sin querer ayudarles con algún gesto, con alguna mirada?
–No, para mí poner cara de póker es fácil y no ayudo ni aunque me sepa la respuesta. En esta temporada hay un concursante que llegó al último tercio y sale una pregunta avanzada de la que por casualidad me sabía la respuesta. Pero sin verse, yo entro en bucle porque las dudas en ese momento me entran a mí. Lo más normal es que no sepas las respuestas.
–¿Cómo sería usted como concursante?
–Fatal. Yo no estoy preparado para ir de concursante y como yo no estoy jugando me siento muy tranquilo en el programa. Pero yo soy de los que si sé una pregunta al cabo de un segundo estoy dudando de la respuesta correcta y ese es el dilema en el que se encuentran todos los concursantes a cada momento.
–¿Y que buscan en usted los concursantes?
–Hay concursantes que quieren un presentador serio, que no les desconcentre. Pero veremos en estos viernes que unos buscan un coach, otros una ayuda. Aquí no tengo que hacer de árbitro, como en ¡Boom!, así que puedo estar a tope si buscan un apoyo, una risa.
–¿La silla de enfrente arruga al que se sienta ahí?
–Los concursantes suelen sentirse pequeñitos, las preguntas son gigantes que a veces son sólo molinos.
–¿Qué concursante famoso le ha sorprendido más?
–No puedo dar pistas a los lectores, hay que ver los programas. Pero por ejemplo los cómicos, como Vaquero, Latre, Leo Harlem, a los pocos minutos de estar en el programa se desmontan y se muestran como nunca: serios, concentrados, nunca les hemos visto así . Son momentos preciosos, de sinceridad.
–¿Se ha grabado esta edición en España?
–Sí. Y el público en el plató lo ha disfrutado mucho.
–¿Hay que prepararse mucho para tener éxito en ¿Quién quiere ser millonario?
–Es imposible saberlo. Una de las cosas más mágicas de este programa es que nadie sabe hasta dónde puede llegar alguien. Son quince preguntas y puedes saber mucho y caer a la primera por un error tonto. O no saber nada y tener un Slumdog Millonaire y seguir adelante de casualidad en casualidad. Es también cuestión de sangre fría, intuición.
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