Carmina Barrios revela su vida cotidiana entre el cine y Sevilla: "Yo he salido muy poco de aquí"

Carmina Barrios, madre de los actores Paco y María León, es uno de los rostros más reconocibles y queridos de Sevilla, especialmente en su barrio de Triana, donde ha pasado prácticamente toda su vida. A sus 72 años, esta sevillana de carácter indomable se ha convertido en una figura imprescindible del cine español, gracias a películas como Carmina o Revienta, Carmina y Amén o El Silencio del Pantano.

Recientemente ha sido una de las protagonistas del programa “Al cielo con ella”, producido por RTVE, donde repasó su trayectoria en el cine, contó anécdotas de rodaje, habló con cariño de sus hijos —ambos con carreras destacadas en la interpretación— y, sobre todo, reflexionó sobre su arraigo profundo a Sevilla, ciudad que apenas ha dejado en su vida.

Carmina reconoció que, más allá de lo que ha visto “por la tele, en los programas o en los anuncios”, conoce poco del mundo fuera de Sevilla. “Yo he salido muy poco de aquí, lo que conozco es gracias al cine”, explicó, con esa mezcla de gracia y honestidad que la caracteriza. Su rutina, dijo, sigue siendo muy cotidiana: salir con su carrito, desayunar con sus amigas —“cada una tenemos una pedrá” bromeó— y disfrutar de las pequeñas cosas, aunque eso implique que le pidan “300 fotos yendo al supermercado”.

Del salón de casa al set de rodaje

El salto de Carmina al cine no fue planeado, sino más bien impulsado por la intuición de su hijo Paco. Fue él quien, tras años de observar a su madre y escuchar sus historias, le propuso participar en una película que tenía en mente. “Me preguntó si sería capaz de hacer cine, y yo le dije que sí”, recordó. La cosa se puso seria cuando, vestida con un jersey de leopardo y unas mallas poco favorecedoras, su hijo le soltó una de sus frases míticas: “Para trabajar hay que estar fea; luego ya te pones guapa para recoger los premios”.

Así nació Carmina o Revienta, el debut como directora de Paco León en 2012, con su madre como protagonista absoluta. En la cinta, Carmina interpreta a una mujer que regenta una venta en Sevilla, que tras una serie de robos inventa un plan poco ortodoxo para recuperar el dinero perdido, mientras reflexiona sobre su vida desde la cocina de su casa. La película, mezcla de comedia costumbrista y retrato familiar, fue un éxito rotundo que le valió a Carmina la Biznaga de Plata a Mejor Actriz en el Festival de Málaga y una nominación al Goya a Mejor Actriz Revelación.

Entre las escenas más recordadas, hay una que ya forma parte del imaginario del cine español: aquella en la que su personaje defeca dentro de un coche. “Paco me dijo que tenía que hacerlo de verdad, y al rato ya me estaban dando retortijones”, relató entre risas. El realismo fue tal que su hija María León, también presente en la escena, acabó con fuertes nauseas.