La autonómica ante su destino

Así debería ser mañana Canal Sur

  • Frente a la petición de cierre de Vox, la RTVA en esta nueva etapa del gobierno PP-Ciudadanos tiene medios, personal y margen para recuperar prestigio l Actualidad y diversidad impulsarían la primera y Canal Sur 2

'Question Time', un espacio de debate con participación del público en la BBC de Escocia

'Question Time', un espacio de debate con participación del público en la BBC de Escocia / BBC

El actual gobierno de la Junta de Andalucía no podría ordenar que se hiciera una programación más reaccionaria y centralista que la que ha vivido Canal Sur en los últimos diez años. Diez años de desgaste ante la opinión pública andaluza y de una audiencia cada vez más acotada y limitada por la reiteración de contenidos centrados en el folclore más trasnochado, la autocomplacencia festera y, en lo que respecta en lo informativo, en el oficialismo por alusión y omisión.

En menos de dos días Canal Sur ha pasado de la ausencia en el primer canal del seguimiento en directo a la investidura de Juan Manuel Moreno Bonilla a agasajar en el especial de este viernes al nuevo presidente y a los dirigentes de los partidos del pacto de gobierno. De la negación a la aceptación más jubilosa.

Al director general interino, Joaquín Durán, le quedan aún unos meses en el cargo, cumplirá 6 años en el mandato (más que si hubiera sido nombrado formalmente por el Parlamento), mientras se formula el nombramiento de un presidente por consenso o la reforma de la normativa para buscar otras salidas. Durán, tal como ha sucedido en la RTVE entregada por José Antonio Sánchez, hipoteca a su sucesión con la continuación de los programas de las productoras de cabecera que han contribuido a una parrilla monótona y desanimada.

Con un presupuesto de casi 163 millones de euros para este año, y con una plantilla de 1.500 profesionales más los de las productoras, hay margen de maniobra para cambiar y mejorar. Reclamarse a sí misma. Es la hora de un Canal Sur abierto, renovado y renovador. Diferente a lo que ha venido siendo en estos años de dirección de la cúpula de Susana Díaz. Estas serían las líneas de una televisión autonómica más eficaz y respaldada por un público que busca en la TDT sus señas de identidad entre tanta cadena de refritos y ‘madrileñismo’:

–Más presencia de la actualidad. Canal Sur ofrece suficientes horas en directo de lunes a viernes para enfocarlas a una realidad más palpitante. Con una auténtica vocación de proximidad, que es su misión por compromiso. Una programación de magacines con asuntos de preocupación ciudadana, y atentos también a cómo afecta a Andalucía todo lo que sucede más allá de nuestros límites. Menos corazón, frivolidad y cacerolas. Hay que recuperar magacines en directo los fines de semana. La referencia está en La Sexta (pese a que a Vox le guste mucho más lo que hace Juan y Medio).

–Despliegue real del mapa. Durante estos años se ha echado en falta la presencia de las ciudades y sus habitantes (sobre todo jóvenes), al margen de las fiestas y la crónica de los sucesos. Granada, Málaga, Almería o Jaén no han estado representadas en su importancia. Los escenarios (espectáculos) o el deporte, más y mejor, son vertientes que permiten dar más presencia a toda la comunidad autónoma.

–Recuperación de Canal Sur 2. Es una marca que no puede vagar como simple señal del lenguaje de signos. Tiene que recuperar su programación de contenidos culturales (que no pedantes), de servicio público y ventanas al cine de calidad y a un catálogo de series extranjeras de interés como el que ha manejado la Forta. En poco tiempo Canal Sur 2 multiplicaría la ridícula cuota de Andalucía TV.

–Andalucía también trabaja. Ha habido espacios de sobra de fiestas y celebraciones. Sabemos cómo es la Andalucía de fiesta y lo saben fuera, pero no sabemos cómo funciona nuestro tejido industrial, la capacidad a día de hoy de nuestras empresas y empresarios, las universidades, investigadores, innovación, nuevas tecnologías... Igual que existen espacios como Tierra y Mar, Campechanos o Toros para todos, que ensalzan el mundo rural (el vivero de votos más fiel de los socialistas).

–Formatos sin plató. Varios espacios de más cuota de Canal Sur son aquellos que en su mayor parte se graban al aire libre. La calle es la fuente para la actualidad, la realidad o el conocimiento de la geografía y la historia.

–Un prime time más diverso. Hay vida más allá del copleo y programas de cuatro horas. Es necesario un espacio de debate y análisis de temas actuales (Pido la palabra fue el último valioso), un formato de entrevistas (no sólo a politicos), un escaparate de músicos andaluces. Revisitar, adaptados al público de 2019, espacios que ya funcionaron: concursos divulgativos como Las cuatro estaciones o De Punta a Cabo; un concurso con historias humanas como Números rojos; o el Ratones coloraos de Jesús Quintero. Una ventana diaria al pasatiempo cultural como Cifras y letras, que fue un hábito en el antiguo Canal Sur 2, también sería necesaria.

–Otros andaluces con talento. Para sentirse del Sur, por suerte, no hace falta cantar sevillanas. En La Voz, en OT, en Masterchef y similares participan muchos andaluces que demuestran que somos capaces de hacer otras cosas. Hay que abrirles puertas próximas.

–Nuestros niños no son los Gemeliers (menos mal). Un niño andaluz que no esté dotado para ser el gracioso de las visitas, como en Menuda noche, es invisible en Canal Sur. En todo este tiempo no ha habido concursos de conocimientos, un espacio que valore los méritos escolares, y La Banda es sólo un formato low cost. Los niños y los jóvenes han de tener una parcela digna y reconocible para ellos (no para los abuelos) en la parrilla de Canal Sur. Y una web más presente, para ver sus contenidos bajo demanda.

–Margen para ficciones. En una tierra que sabe reírse y donde el humor es bandera no existen ejercicios de humor en nuestra televisión. Es la hora de producir sitcoms, un formato de ficción que requiere más inversión de ingenio que de medios; un espacio de sátira que no tiene que ser una traslación del editorialista Polònia catalán. Y un serial al estilo del veterano Arrayán que, hay que reconocer al cabo de los años, era cantera de actores, creativos y técnicos andaluces. En ficciones de más inversión ahí están las plataformas para ir de la mano y poner a prueba proyectos con más pretensiones ¿Canal Sur no sería capaz de tentar a realizadores como Alberto Rodríguez y a su cantera?

–Parcelas viciadas. Paradójicamente en 30 años Canal Sur Televisión no ha tenido un programa sobre la Semana Santa a la altura de esta celebración. Un formato que también permite desconexiones provinciales, centros que pueden dar más de sí aparte de los informativos diarios. La cobertura del Carnaval de Cádiz requiere otro enfoque, no puede ocupar tantas noches de un primer canal y es una fiesta que da margen a otro tratamiento y expresiones.

–Programas de divulgación e identificación. Hay espacios de servicio público que funcionan en la cadena con calidad, vocación positiva y respaldo de la audiencia: Cómetelo, Salud al día (y el desaparecido Tecnópolis), Destino Andalucía, los mencionados Tierra y Mar y Toros para todos. Marcan el ejemplo de las esencias de Canal Sur a las que no puede renunciar.

Todo esto se encaminaría a mejorar Canal Sur Televisión en prestigio, credibilidad, actualización y, dentro del contexto actual de tanta competencia, los índices de audiencia. Para mejorar Canal Sur Radio como cadena de proximidad sólo tiene que remitirse a sus mejores tiempos. Tiene medios, personal y apego.

En resumen, para tener una RTVA con una mejor imagen de Andalucía sólo hay que quitar el populismo, el hiperfolclorismo y el chalaneo. Primar el servicio público, la vertebración y el acercamiento a la clase media. Olvidarse más de los políticos, los palmeros con carné y estar a pie de la calle.

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