Eduardo García, Josemi en 'ANHQV': así vive ahora lejos de los focos tras dejar de lado su faceta de 'burlao' como Dudu

El actor que interpretó al personaje de Josemi en 'Aquí no hay quien viva' y a Francisco Javier Pastor en 'La que se avecina', cumple 33 años y disfruta de una vida tranquila lejos de Madrid

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Eduardo García
Eduardo García

Eduardo García, el actor que conquistó a la audiencia española como Josemi en Aquí no hay quien viva y posteriormente como Dudu en su etapa musical, vive actualmente una vida alejada del mundo del espectáculo. A sus 33 años, el intérprete madrileño ha encontrado la tranquilidad en un pueblo de Castilla-La Mancha, donde se dedica a la hostelería y disfruta del anonimato que no pudo tener durante su infancia y adolescencia. Lejos de renegar de su pasado televisivo, García mantiene una relación cordial con los fans que aún le reconocen por sus icónicos papeles.

El actor, que comenzó su carrera siendo un niño, logró ganarse el cariño del público gracias a su naturalidad frente a las cámaras y a unos diálogos que le hacían parecer un niño con más edad de la que tenía, lo que en el argot popular se conoce como alguien "con calle". Tras su éxito en Aquí no hay quien viva, García continuó su carrera interpretando a Francisco Javier Pastor, hijo de Enrique Pastor y Araceli Madariaga, en La que se avecina, hasta que decidió abandonar la serie en la sexta temporada para iniciar un camino musical bajo el nombre artístico de 'Dudu', una etapa de la que posteriormente llegó a distanciarse.

Una vida tranquila lejos de Madrid

En la actualidad, Eduardo García ha optado por alejarse por completo de los focos mediáticos. El actor ha cambiado Madrid por un pueblo de Castilla-La Mancha, donde lleva una existencia más sosegada trabajando en el sector de la hostelería. Esta decisión responde a su deseo de disfrutar del anonimato que no pudo tener durante sus primeros años de vida, cuando la fama le llegó de manera prematura.

A pesar de haberse alejado voluntariamente del mundo de la interpretación, García mantiene una actitud cordial con aquellos seguidores que aún le reconocen por sus papeles televisivos. Recientemente, se ha podido ver al actor en un vídeo grabado en la plaza mayor del pueblo donde reside, interactuando con fans que le pidieron una foto. Con un aspecto más maduro, luciendo un peinado arreglado y una chaquetilla azul, el actor no dudó en dedicarles unas palabras: "Mira lo que te has perdido... Aquí estamos", comentaba sonriente, añadiendo: "A ver si mañana nos vemos, un placer conocerte aunque sea por aquí, virtualmente. Un 'besito'".

La infancia perdida de un niño actor

En diversas ocasiones, Eduardo García ha reflexionado sobre cómo la fama precoz condicionó su infancia. En verano de 2025, durante su participación en el programa TardeAR de Telecinco, el actor confesaba: "Siempre he tenido ganas de vivir esa infancia que no viví. Ciertas cosas que los chavales de 12 años hacían como todos, pues yo ya me vi coartado para hacerlas. Yo veía a otros niños que tenían otras libertades u otras cosas y yo añoraba un poco eso".

Esta falta de una niñez convencional podría explicar, en parte, la etapa rebelde que vivió tras abandonar la televisión, una fase de la que él mismo reconoce: "Me torcí bastante, para qué nos vamos a engañar". En esa misma entrevista, García admitió haber sido "muy golfete", aunque con el tiempo comprendió que "las cosas no se arreglan así, no se arreglan haciendo el gamba por ahí", lo que le llevó a tomar las riendas de su vida adulta de una manera más responsable.

El fenómeno de 'Aquí no hay quien viva' y su impacto cultural

Aquí no hay quien viva se convirtió en un auténtico fenómeno televisivo en España durante su emisión original entre 2003 y 2006. La serie, creada por los hermanos Alberto y Laura Caballero, logró captar a millones de espectadores cada semana gracias a sus diálogos ingeniosos y personajes carismáticos. El personaje de Josemi, interpretado por Eduardo García, se convirtió rápidamente en uno de los favoritos del público por su desparpajo y sus frases ocurrentes que contrastaban con su apariencia infantil.

La popularidad de la serie fue tal que muchas de sus expresiones pasaron a formar parte del lenguaje cotidiano de los españoles. Frases como "un poquito de por favor" o "váyase, señor Cuesta, váyase" trascendieron la pantalla para convertirse en auténticos fenómenos culturales. En este contexto, el pequeño Josemi aportaba su particular visión del mundo adulto desde los ojos de un niño con una madurez impropia de su edad.

De 'Josemi' a 'Dudu': la transformación musical

Tras abandonar 'La que se avecina' en su sexta temporada, Eduardo García decidió explorar su faceta musical bajo el nombre artístico de Dudu y dentro del colectivo de trap LFAM Madrid. Esta etapa, caracterizada por un estilo urbano con influencias del rap y el trap americano, sorprendió a muchos seguidores que solo conocían su faceta como actor infantil. Su aspecto deteriorado y marcadamente influenciado por su coqueteo con algunos estupefacientes se hizo evidente en algunos temas como el celebérrimo tema conocido popularmente como Los Burlaos.

Llegó a tener trifulcas ( llamados beefs en el argot de los traperos y raperos) contra youtubers que se mofaban de su nueva vida, y contra Antonio Tejero y contra los creadores de los universos LQSA Y ANHQV en Parador de Valdesquí que cobraron especial relevancia en programas de televisión.

Esta fase musical muy alejada de lo comercial y cercana a lo antisistema no terminó de consolidarse y, con el tiempo, el propio García ha llegado a distanciarse de ella. En algunas entrevistas ha reconocido que aquella etapa formaba parte de su proceso de búsqueda de identidad y que, en cierto modo, fue una reacción a los años en los que su imagen estuvo completamente controlada por las exigencias de la televisión.

El youtuber Auronplay los llegó a entrevistar después de enzarzarse en varios vídeos cruzados.

¿Qué opinan sus antiguos compañeros de reparto?

Varios de los actores que compartieron escenas con Eduardo García durante su etapa en Aquí no hay quien viva y La que se avecina han hablado sobre él en diferentes ocasiones. Luis Merlo, quien interpretaba a Mauri en ANHQV, comentó en una entrevista que siempre vio en el joven actor un talento natural para la comedia. Por su parte, Fernando Tejero, el inolvidable Emilio, ha manifestado en alguna ocasión que García era un niño muy despierto y con una capacidad de improvisación sorprendente para su edad.

Jordi Sánchez, quien interpreta a Antonio Recio en La que se avecina recordaba en una entrevista reciente cómo Eduardo fue creciendo delante de las cámaras: "Era curioso ver cómo iba cambiando físicamente de temporada a temporada, pero manteniendo siempre esa chispa especial". El actor catalán destacaba también la profesionalidad del joven, a pesar de su corta edad, durante las largas jornadas de grabación.

La vida después de la fama

El caso de Eduardo García no es único en el mundo del espectáculo. Muchos actores infantiles han tenido dificultades para gestionar la transición a la edad adulta una vez que la fama prematura comienza a desvanecerse. La presión mediática, unida a la pérdida de una infancia convencional, suele generar complicaciones emocionales y de adaptación que, en algunos casos, pueden derivar en episodios problemáticos.

Sin embargo, García parece haber encontrado su camino. A diferencia de otros casos más dramáticos, ha conseguido reconducir su vida hacia una normalidad que valora especialmente. Su decisión de alejarse de Madrid y establecerse en un entorno más tranquilo refleja una madurez y un deseo de construir una identidad propia más allá del personaje que interpretó siendo niño.

En definitiva, Eduardo García representa un caso interesante de evolución personal tras la fama infantil. De aquel niño que interpretaba a Josemi con desparpajo, pasando por el joven rebelde que se hacía llamar Dudu, hasta llegar al adulto de 33 años que ha encontrado su lugar lejos del ruido mediático. Su historia nos habla de las luces y sombras de la fama precoz, pero también de la capacidad de reinventarse y encontrar un camino propio.

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