¿Qué comida española derrotó al mayor chef, Paul Bocuse? Karlos Arguiñano lo recuerda
Gastronomía
El chef televisivo presenta nuevo libro con Planeta y recuerda la receta española, ejemplo de nuestra forma de entender la cocina, que fascinó a los chefs franceses
La leyenda del chef francés Paul Bocuse pierde su tercera estrella
Karlos Arguiñano se pone serio con la tortilla de patatas (¿con o sin?)
La cocina española, nuestra comida diaria, se resume en pocos ingredientes, de calidad, elaborados con ingenio y con el protagonismo de nuestro milenario aceite de oliva virgen extra.
Tal como analizó Iñaki Gabilondo a través de su letra para el himno de España, lo que nos une realmente de verdad a todos nosotros es la gastronomía. Nuestro estilo de confeccionar en las casas y en los restaurantes sobre lo que da nuestro entorno tiene una alquimia tan sencilla, y la vez de sabor tan sorprendente, que las recetas españolas tienen pocos rivales: Italia, Japón o Perú.
Si hablamos de 'real food', es la clave de la cocina española. Y si hablamos de productos sanos, de platos con las calorías necesarias, según el momento, también.
El mayor chef de la cocina francesa, un icono en el país de la alta cocina y de la novuelle cuisine, el fallecido Paul Bocuse, se debe considerar como el más constante empresario de los fogones para elevar cada una de sus propuestas a niveles sublimes. La cocina francesa se rinde ante Bocuse.
Y a su vez el prestigioso y multiestrellado cocinero cuando visitaba España se quedaba prendado de ese saber hacer con poco y bueno hace un sabor grande.
Karlos Arguiñano, que en esta semana ha presentado su libro, Cocina fácil y rico, más de 600 recetas para triunfar, editado por Planeta, ha recordado una sabrosa anécdota con Bocuse al respecto de su sincera devoción por la cocina española.
En un encuentro en unas bodegas de La Rioja, tras la sesión profesional, en una comida informal el plato principal eran unas sencillas, y a la par magníficas, patatas a la riojana. Es decir, buenas patatas, pimiento, chorizo, aceite de oliva y poco más. Con un toque para que la fécula convierta el guiso en una base de crema adicitiva.
Arguiñano recuerda la fascinación de Bocuse al descubrir aquellas patatas a la riojana en La Rioja. "Llegó a repetir tres veces. Se pidió tres platos, es lógico que le gustaran tanto", evoca el chef televisivo. Las patatas a la riojana es una muestra de que con pocos ingredientes, pero bien tratados en el contexto de una olla bien atendida, sacian el apetito de todos los comensales, dejando una buena experiencia en el paladar y un rastro energético suficiente para continuar el día sin engordar.
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