La estafa que tuvo que encarar Karlos Arguiñano cuando despuntaba su popularidad

Karlos Arguiñano en una aparición anterior en 'El Hormiguero'
Francisco Andrés Gallardo

04 de noviembre 2025 - 12:53

El chef Karlos Arguiñano está a punto de publicar su nuevo volumen de recetas de cara en especial a las fechas navideñas. Cada año el recetario editado por Planeta es de lo más vendido con una constancia asombrosa. El veterano cocinero siempre es fiel a su estilo de platos de sencilla elaboración, asequibles en precio y productos, con una intención clara de que sean recetas nutritivas y que sean fáciles de confeccionar con buen resultado. De ahí que 35 años después de su debut siga siendo un fenómeno televisivo y editorial.

La primera ocasión en que apareció a nivel nacional fue en 1991 con El Menú de cada día en La 1. Nadie, ni él mismo, se podía imaginar que tres décadas después seguiría batiendo récords en sus apariciones en la sobremesa, liderando respecto a toda la competencia y sobre el 20% de cuota.

El primer recetario de Arguiñano, ligado a su programa El Menú de cada día, fue sin embargo un auténtico desastre económico para el chef de Zarautz. Como ha contado en entrevistas pese a vender 1.600.000 ejemplares en las Navidades de 1992, el doble de lo que registró el nuevo Catecismo publicado aquel año, no vio ni una pesetas de los ingresos de esa edición.

El impago por parte del editor ascendió a unos 60 millones de pesetas (equivalentes a 360.000 euros de entonces), una cifra que, ajustada a la inflación actual, rozaría el millón de euros. Aquel volumen, que llevaba el sello de TVE en plena era de gestión caótica para la cadena pública, le enseñó a Arguiñano una lección dura: desconfiar de editoriales poco fiables y ponerse siempre en manos de firmas consolidadas. Se lo puede permitir y en todo caso de la mano de su propia productora, Bainet, puede probar formatos y soportes de sus recetas y de su equipo, como su hijo Joseba, llamado a relevarle en algún momento.

Realmente todo le sobrevino en pocos meses. En una cena improvisada que el cocinero de Zarautz preparó para directivos de ETB tras un partido de fútbol concluyó en una velada intempestiva en la que el chef se sumó a los postres. Por su desparpajo y convicción convenció a los productores de que podía ser el cocinero televisvo que estaban buscando.

Arguiñano, nacido en Beasain (Guipúzcoa) en 1948, no solo tenía experiencia y un camino estrellado para triunfar en la Guía Michelin, sino que también sabía comunicar sus dos grandes pasiones: la cocina y la conexión cercana con el público. Así, su impacto en la ETB fue contudente. Tras brillar en la televisión autonómica vasca en 1990, en un momento en que los formatos culinarios eran casi inexistentes en España, antes de la irrupción de las cadenas privadas, fue fichado por TVE en 1991 como relevo a Con la manos en la masa, el espacio de Elena Santonja que había pasado de la Segunda a la Primera Cadena en formato diario. Un desencuentro con la divulgadora, precisamente por los derechos editoriales, le llevó a plantarse y a TVE a determinar una solución.

El chef vasco se erigió como el primer fenómeno culinario de la era televisiva moderna en el país, creando un emporio mediático alrededor de sus fogones. Con su característico "¡rico, rico!" y su inseparable perejil, Arguiñano caló de inmediato entre la audiencia y se convirtió en emblema de la pública hasta el año 2004, cuando dio el salto a Telecinco. En Mediaset permaneció seis años, un periodo en el que TVE llegó a repetir sus programas de La 1 hasta que una sentencia judicial prohibió esas simultaneidades con las emisiones en directo de la competencia.

Desde 2010, Arguiñano ha encontrado su hogar en Antena 3, donde su carisma sigue atrayendo audiencias fieles y consolidando su legado como innovador de la cocina televisiva en España.

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