"A mí me gustaría hacer una versión de Espinete en el siglo XXI"

Borja, de ascedencia gaditana, es un actor aficionado que pidió una excedencia en la construcción para trabajar en su serie

Borja Pérez y Joseba Caballero, la pareja de amigos de 'Qué vida más triste'.
F. A. Gallardo / Madrid

23 de noviembre 2009 - 05:00

Un sofá y una cama como principales decorados. Su triste vida en la ficción surgió en internet, y después de su cita semanal durante tres años dio el salto a La Sexta. Qué vida más triste es una creación de la productora bilbaína K2000, ideada por Natxo del Agua y Rubén Ontiveros. Borja Pérez, de ascendencia gaditana, de la localidad de Vejer de la Frontera, es en la vida real un gruísta de la construcción y su parecido en la ficción no es nada casual. Es un peter pan de la localidad vizcaína de Basauri que todavía vive embarcado en los primitivos tiempos de las videoconsolas con su amigo Joseba (el actor Joseba Caballero).

-Hace unos días se retomó la tercera temporada de la serie. ¿Guardan algún fichaje de relumbrón?

--Qué va. Yo sigo igual de crápula, igual de tonto. Fichajes no hemos tenido por presupuesto, pero sigo enamorado de mi vecina Verónica y en el último capítulo tengo un viaje con ella. Borja está muy ilusionado. A Joseba lo sigo tratando como

un trapo y mi única obsesión es la Play, pero la Play 2, con cables, y salir con chicas a toda costa.

-No soy original. Cuánto hay de autobiográfico en lo que cuentan...

-Cuando la serie estaba en internet he de reconocer que todo era autobiográfico, pero exagerado. En estas temporadas, con mayor volumen de trabajo, hay más capítulos surrealistas y más alejados de mí.

-¿Graban los fines de semana si sigue con su trabajo de la grúa?

-No, grabamos a diario ahora porque pedí una excedencia en mi empresa, pero cuando vuelva a mi trabajo necesitaré cuatro años para pedir otra. Yo no soy un actor profesional y Joseba sólo tiene reducción de jornada. Cuando emitíamos para internet sí grabábamos sólo los fines de semana.

-¿Su personaje, tan deliciosamente anticuado, se ha puesto por fin al día en internet?

-Ha empezado. Intenta ponerse al día pero robándole el wifi al vecino.

-¿Se siente un ejemplo de la generación Logse?

-No, no yo soy más viejo aún. Yo hice EGB y BUP. Nací en el 78. Mi generación es la de las consolas y la del primera game boy, después del spectrum. Jo, si hasta un teléfono móvil chungo tiene más capacidad que la primera Game Boy. Yo me estanqué en la Play 2 y en el Fifa 99, el mejor programa de la historia.

-¿Graban en una casa de verdad? -Grabamos en un estudio, pero buscando la luz natural de una casa. Cuando poníamos los focos más bajos no nos salía real. Nos salía como las Matrimoniadas, demasiado iluminado. En el estudio hemos recreado toda la casa, en unos platós pequeños, pero tienen techo y queda todo muy real. El día que tenga más medios ya no podría hacer Qué vida más triste. Ahora estoy a gusto y me gustaría seguir así un poco más.

-La producción de una serie española en prime time sale a un millón de pesetas el minuto. Nada que ver con lo suyo...

-Con lo que cuesta un capítulo de una serie en prime time tenemos para hacer nosotros una temporada entera. Con unos 100 millones de pesetas hacemos nosotros 22 capítulos.

-¿Qué le gustaría hacer después?

-No sé. No pienso ahora en hacer algo más ambicioso... A mí me gustaría hacer una versión de Espinete en el siglo XXI. Yo me crié con Espinete, con Chema el panadero... Haría un barrio con conflictos y problemas actuales, de verdad.

-Una pena, porque Chema murió hace unos meses.

-¿No me digas que murió Chema? Oh... No lo sabía…

-Su generación está marcada por el humor de El príncipe de Bel Air y Los Simpson.

-Son las dos series de humor claves. Realmente Borja tiene mucho de Homer. Los Simpson son una escuela y yo siempre digo que cualquier cosa que se ha visto ahora en comedia ya lo han hecho ellos.

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