Silla azul maldita

Los nuevos concursantes no duran en 'Pasapalabra' ¿Qué está pasando?

Elena Madrid, nueva concursante, que derrotó este miércoles a Elena Valverde

Elena Madrid, nueva concursante, que derrotó este miércoles a Elena Valverde

Orestes estuvo más de año y medio peleando en Pasapalabra por el bote y mientras se acumulaba el premio del rosco fue sumando más de 200.000 euros, día a día, con su permanencia. El sevillano Rafa Castaño, que estuvo ocho meses hasta conseguir el premio de 2,3 millones, fue el otro gran ejemplo de supervivencia en el programa de Roberto Leal.

Sin embargo desde que hace dos jueves se produjera el campanazo del premio y con él la marcha de los dos longevos participantes, la permanencia en el programa es un asunto frágil.

El madrileño Jorge, profesor de Infantil, prosigue desde que el viernes 17 se reiniciara la rueda, partiendo de 100.000 euros el bote, pero a lo largo de esta semana y media ya ha contado con cinco rivales. La penúltima en incorporarse, Elena Valverde, es la profesora valenciana de Filología que acabó derrotando este lunes en una sufrida prueba de la silla azul a la canaria Carmen. Hoy miércoles se ha visto derrotada por una tocaya, Elena Madrid, que es la nueva rival de Jorge. 

Son días de cambios y emociones en Pasapalabra, no existe esa seguridad de mantener el combate en la silla azul que con aplomo y experiencia tenían controlado tanto Orestes como Rafa. Si alguien aún planteaba que era sencillo aguantar en este concurso según la inercia que tenían el burgalés y el sevillano la tesis queda por los suelos. Pasapalabra es exigente en todas sus pruebas, obliga a una gran concentración y pericia para el concursante y hay que ser un atleta de la mente para sobrevivir tanto tiempo.

El coordinador de guiones de Pasapalabra, Borja Pérez, ya comentó lo difícil que es el reto de la silla azuL "La prueba es en frío, de pie ante todos. Como una tanda de penaltis. El novato  puede sufrir porque todos te están mirando”, señalaba, pero cuando los dos son dos participantes tienen poca trayectoria en el programa la moneda se decanta por cualquiera al más mílnimo nerviosismo. Aunque en el plató hay buen ambiente en el duelo eliminatorio existe mucha tensión, con la respuesta a contrarreloj  y los nervios juegan malas pasadas: sólo hay cinco segundos para resolver.

Si las tandas además, son largas, ante cualquier complicación el más nervioso queda fuera con facilidad, recordaba Borja. En la silla azul no basta con tener un gran bagaje de palabras, un tropiezo con un término fácil puede ser letal cuando en los siguientes turnos el nivel se complica.

La prueba de la silla azul, que es un desafío a prueba de nervios, se instauró en julio de 2015, en la etapa en Telecinco, para permitir que los perdedores del rosco pudieran tener una nueva oportunidad para seguir en el programa. De esta manera se pensó que se permitía una mayor presencia de los concursantes más hábiles y se arrancaba el espacio de forma emocionante. Pero en estos días los cambios se suceden. Tomar experiencia de días en Pasapalabra está al alcance de una minoría, de una élite, y ahí parece que sí ha entrado Jorge, con rivales que van pasando por la silla.

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