"En esta serie hay que estar dispuesta a reírte de ti misma"
Miriam Cabeza. Es Vanessa en esta tira cómica
'Gym Tony', la ficción diaria de Cuatro, emite hoy su capítulo 100 Para Miriam, su éxito reside en que los actores se entienden muy bien, y eso traspasa la pantalla.
Miriam Cabeza es vasca y se dio a conocer en la cadena autonómica Euskal TeleBista (ETB), en concreto en la serie Mi querido Klikowsky. Luego dio el salto a la fama de forma definitiva con Vaya semanita, también de ETB, en la que intervino a partir de la undécima temporada. Su personaje de Vanessa, la choni del gimnasio Gym Tony, le ha valido muy buenas críticas. La serie diaria de Cuatro celebra su capítulo 100 con un tuitencuentro con fans bajo el hashtag #100GymTonys, coincidiendo con el especial de esta noche a partir de las nueve y media. Los tweets más destacados saldrán sobreimpresionados a través de rótulos durante la emisión del episodio, en el se mostrará un divertido making of de estos 100 primeros episodios.
-Llegar al episodio 100, con la competencia que hay ahora en ficción, tiene que ser un orgullo. ¿Cuál es la clave?
-Sí, desde luego, sobre todo teniendo en cuenta lo difícil que es dar con la tecla en el mundo de la ficción en nuestro país. Supongo que la clave es el formato: son capítulos cortitos, que se pueden ver de forma independiente, y en un horario muy bueno, pues es cuando la gente llega a casa y lo que tiene ganas es de desconectar y reírse un ratito.
-Entonces la clave del éxito es el formato.
-Bueno, los actores, mis compañeros, también lo hacen estupendamente, son unos grandes cómicos todos. Desde la primera temporada, a demás, hemos tenido mucha conexión, nos llevamos muy bien y hay muy buen rollo, después de grabar los capítulos nos vamos a tomar algo y eso... Imagino que eso tiene que traspasar la pantalla también.
-La mayoría de actores dice que en este trabajo es más fácil hacer llorar que reír, ¿es así?
-Sí, estoy de acuerdo, y más en una comedia tan disparatada como es Gym Tony. Tienes que estar dispuesta a reírte de ti misma para que todo salga sobre ruedas. El ritmo de rodaje, además, al ser una serie diaria, es muy cañero, muy duro. Y, además de las horas que echamos, los textos van dichos siempre muy picados, son la mayoría escenas en las que consumes mucha energía.
-Hablando del rodaje. ¿Cómo lleva que sea una serie diaria? Tantos guiones que hay que estudiar en tan poco tiempo, tantas horas grabando...
-Sí, bueeeno, es duro, pero lo llevo bien. A las siete de la mañana ya estamos en chapa y pintura y para cuando empezamos, con el sueño que tenemos, lo que menos ganas tienes es de decir las tonterías que decimos (risas). Acabas la jornada agotada, la verdad, pero merece la pena.
-¿La reconocen por la calle?
-Sí, sí, me llaman '¡Vanneeee!!!' (risas). Pero la gente siempre se acerca para decirte cosas cariñosas, es un gustazo.
-La serie va en access prime time, un horario en el que hay muchos niños y algunas veces abordan unos temas que no son tan infantiles...
-Síii, yo, desde el punto de vista de mi personaje, he intentado darle un matiz más inocente, más ingenuo, que suene inocente y provoque cierto cariño al espectador. Hago de una choni, sí, pero algunas veces es que la pobre es tan tooonta... (risas) ¡que es para llevársela a casa, la pobre mía!
-Han conseguido renovar por una segunda temporada. ¿Usted está dispuesta a seguir en la serie?
-¿Yooo? Por supuestíiisimo. Yo sigo para siempre, que estoy muy contenta, hasta que acabe, o me echen, ja, ja, ja. Vanne seguirá en la segunda temporada, sí. Creo que os queda Vanne para rato.
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