Nada más comenzar la quinta temporada de The Crown los espectadores de todo el mundo están contemplando las solemnes columnas de la basílica del conjunto Baelo Claudia, en la tarifeña playa de Bolonia. Su célebre e inmensa duna ha aparecido en decenas de spots y se adivina en las escenas del primer capítulo de The Crown.

La producción de Netflix ha elegido España para localizaciones ambientadas a lo largo del mundo (ha sido Estados Unidos, Francia, Grecia, Australia y en la nueva temporada, Egipto e Italia), ejemplo de la riqueza paisajística y monumental, pero también de los recursos profesionales de los técnicos españoles y andaluces en concreto para abordar estos rodajes.

Atención, algunos spoilers a partir de ahora. El entorno arqueológico de Baelo Claudia aparece nada más iniciarse tras los títulos de crédito (que tienen elaboración made in Cádiz) en ese primer capítulo titulado El síndrome de la reina Victoria. Título y eje de lo que son estos episodios: el empuje de Isabel II a forzar en su abdicación por su avanzada edad. Este contexto flota a lo largo de los capítulos, donde la vejez y el ansia de seguir siendo útiles y activos marca las tramas.

Baelo Claudia aparece en el viaje que la familia del príncipe de Gales y todo el séquito de afectos de Carlos de Inglaterra efectúa por la costa Italiana, intentando superar la grave crisis el matrimonio del heredero y la princesa Diana.  Un último esfuerzo por mantener la armonía en la pareja para que no salpique a la institución.

En aquel viaje estival a la desesperada, el yate navegó por el sur de Italia, por la costa Amalfitana, entre Nápoles, las islas de Capri e Ischia para intentar arribar en Cerdeña.

La andaluza Bolonia se convierte en las playas de Capri y la comitiva se para en la que fue residencia del emperador Tiberio.

Carlos de Inglaterra (interpretado por Dominic West, que le favorece en aspecto) parece haber llevado a sus compañeros de viaje hasta esa villa ante la costa con la aviesa intención de criticar a su madre. Recuerda que Tiberio se retiraba a Capri para estar lejos de las intrigas cortesanas de Roma, manejada por Livia, la entonces esposa de Octavio Augsuto. Estos datos no se manejan ya en The Crown, para eso hay que ver la memorable Yo, Claudio. Entre la columnas de la basílica aparece la estatua de Trajano, localizada en este conjunto arqueológico, posterior al aludido Tiberio.

Diana, con una acertada Elizabeth Debicki, lo único que puede hacer es resignarse ante el pedante de su esposo.