Camino y El Viti rinden homenaje al legendario Diego Puerta

La llama de la emoción, de los recuerdos y de la nostalgia fue creciendo y se adueñó ayer de la presentación de la biografía póstuma del maestro Diego Puerta, que ha publicado Cajasol, con la coordinación editorial de Páginas del Sur (Grupo Joly).

El acto en el que se presentó el libro Diego Puerta. Arte, valor y casta de un torero de Sevilla concitó ayer la atención de aficionados y, en particular, partidarios del gran maestro, quien falleció el pasado noviembre y no pudo ver salir por los toriles de la imprenta una obra con el trapío de aquel Escobero que inmortalizara en la Maestranza. Acto muy emotivo, con la presencia de su familia y su viuda, María del Rocío García-Carranza, pilar esencial en su vida y su carrera.

En nombre de Cajasol, Pilar Lacasta fijó con donaire un sabroso coloquio en el que los maestros Paco Camino y Santiago Martín El Viti desgranaron vivencias compartidas con un Puerta de quien El niño sabio de Camas afirmó que compartir con él unas 300 tardes fue "como ir a la guerra porque me ponía a cien por hora... ¿De dónde salía tanto valor? Tenía todo: valor, cabeza y arte". El Viti, con su oratoria de charro senequista aseveró que Diego Puerta, "más que valiente, fue muy inteligente para poder asumir las cornadas. Marcó la diferencia entre los grandes por su inteligencia".

El alcalde, que relató una anécdota vivida en un tentadero con el maestro, llegó a decir de Puerta que no se podía comprender su toreo "sin alegría, luz y mucha emoción" y remató la faena con una estocada, que bien podría ser un epitafio admirativo: "Nació como hombre, vivió como hombre y hoy pasa a la categoría de leyenda".