Curro Molina, del infierno a la luz

El banderillero sevillano abandona los ruedos tras un rosario de lesiones y varias operaciones · Ha iniciado una etapa como apoderado del diestro malagueño Javier Conde y dirigirá una ganadería

Curro Molina, del infierno a la luz
Curro Molina, del infierno a la luz
Luis Nieto

17 de enero 2011 - 01:00

Hay toreros de plata que son de oro. Es el caso de Curro Molina (Sevilla, 1974), uno de los últimos maestros con el capote en la brega y con las banderillas. Ahí están sus premios, que sobrepasan el centenar, varios de ellos por sus actuaciones en la Maestranza ¿Qué aficionado no se ha emocionado con un solo capotazo de Molina o no se ha puesto de pie por uno de sus magníficos pares...? Su popularidad es tan enorme que incluso cuenta con una peña taurina que lleva su nombre.

Con casi mil actuaciones, el torero ha sufrido durante el último lustro varias operaciones, por problemas en los abductores. Un infierno que ha vivido en silencio y que apenas había trascendido de su ámbito familiar y de la cuadrilla de Sebastián Castella, su último jefe de filas. "No puedo seguir. En principio, es una retirada definitiva. Según los médicos, tengo pocas posibilidades de recuperarme. No hay nada más que hacer. Ni siquiera me he probado últimamente en el carretón. Me voy feliz. Creo que lo he conseguido todo como torero de plata"; asevera con firmeza.

Si el historial de Curro Molina impresiona, todavía cala más hondo su actitud ante un reto que día a día superaba y que no trascendía, puesto que en los últimos años recibía premios y escuchaba ovaciones, entre tanto hacía un esfuerzo titánico hasta para poderse vestir de luces. Habla el torero: "Ha sido para volverse loco. No se notado en estos cinco años. Supongo que por la casta y la capacidad de sufrimiento, pero había tardes en las que me quedé en la cara del toro sin capacidad de respuesta".

Su calvario comenzó en agosto de 2005, en Gijón, toreando a las órdenes de Finito de Córdoba. Problemas con el abductor medio de la pierna izquierda. Luego, una osteopatía de pubis. Y tratamiento a cargo del doctor David Gutiérrez. La temporada de 2006 tuvo que cortarla en septiembre. Entre 2007 y 2009, nuevas lesiones, como roturas de fibras y tendones, interrumpiendo varias veces sus campañas. Infiltraciones, masajes, acupuntura y hasta el ingreso en una clínica del dolor, en Triana. A Curro Molina, desesperado, le aconsejan que la solución es operarse y le recomiendan un hospital de Múnich, en Alemania. "Me operé el 23 de marzo de 2009, reaparecí, llegué a torear en Sevilla, aunque no pude estar bien". De nuevo, lesiones y más lesiones hasta llegar al invierno y superar otra de tendones en León de Guanajuato, en México.

Comenzó la temporada pasada con un rayo de esperanza. Molina, prosigue: "En Castellón formé un lío. En Valencia, fui premiado. En Sevilla me tocaron la música". Pero todo fue un espejismo. Poli Gallardo, preparador físico de Morante, le recomienda al doctor Santiago Pérez Hidalgo, quien le interviene el 14 de marzo de los abductores medios de ambas piernas, en la clínica Fremap, de Sevilla. "El doctor me dijo que me tenía que haber operado tres años antes. A partir de ahí, piscina, ultrasonidos, hasta que tuve que suspender la temporada".

Curro Molina afirma que, tras pasarlo muy mal, ha asumido la decisión e incluso siente una liberación, tras comenzar una etapa como apoderado y en el mundo ganadero. Como representante se estrena con Javier Conde, del que explica que "es un torero que puede crecer. Es un torero especial a la hora de sentir y expresarse y hace cosas mágicas. Para mí, el torero ideal". En breve, se hará cargo de una ganadería, otra de sus pasiones, ya que Molina tiene desde hace tiempo una punta de ganado bravo, con reses de Fuente Ymbro.

Su historial está ligado a grandes nombres del toreo contemporáneo, como Paula, Jesulín, Finito, Rivera o Castella, con quien ha actuado en esta última etapa. El banderillero sevillano recuerda especialmente su "relación especial con Finito, tanto profesional como personal, y con Castella, que también me ha respetado".

Diplomático, no destaca a sus toreros predilectos de plata actuales, pero si "me he fijado mucho en Rafael Corbelle, Bojilla, Tito de San Bernardo, Chaves Flores. He intentado coger lo mejor. Aunque siempre me he ceñido a lo que ha marcado mi línea". Una línea excepcional, la de un Curro Molina que divisa la luz tras un infierno de lesiones.

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