Apoderados iban y venían de Sevilla a Madrid...
EL REPASO
Andrés Roca Rey ha iniciado una nueva etapa profesional de la mano de Luisma Lozano que, a su vez, ha dejado en el camino a Daniel Luque
El evidente vacío que ha dejado la ausencia de Morante deja el campo libre para una nueva reencarnación de José Tomás
Temporada 2025 en Sevilla: el confín de algunas cosas
El Repaso: Morante, el volumen de la ausencia
La sucesión de acontecimientos ha sido vertiginosa: primero se supo que Roca Rey dejaba en el camino a su hermano Fernando, efímero apoderado de una dura temporada a contrapelo a la que el peruano no veía el final. En el mismo envite recobraba fuerza su acercamiento a la casa Lozano a la vez que se confirmaba que Luisma soltaba amarras con Daniel Luque, sufridor del famoso veto del peruano.
El siguiente paso era dado: Luisma Lozano y el paladín limeño no iban a tardar demasiado en confirmar lo que ya todo el mundo sabía. Roca inicia así una nueva etapa de su trayectoria profesional -acompañada de otros cambios en su entorno- al poner su confianza en la clásica y prestigiosa casa empresarial de La Sagra después de tomar buena nota de los errores y los escollos de una campaña en la que ha sentido como nunca el peso de la púrpura.
Roca, que ya ha cumplido una década como matador de toros, se había enredado decisiones inoperantes como otro supuesto veto, a la figura de Morante. Pero el genio cigarrero era un sol rotundo que eclipsaba cualquier estrellato…
La historia, de alguna forma, se ha repetido. Roca había roto amarras un año antes con Roberto Domínguez. Fue en el colofón de la temporada 2024, en la pesada digestión que siguió a Tardes de soledad, la película de Albert Serra que tanto tardó en asimilar y comprender el torero sin alcanzar a adivinar su importancia. El Juli también había concluido su relación profesional con Roberto en 2014 después de una década de fructífera simbiosis profesional para ponerse en manos de Luisma Lozano que en el mismo lance cortó con Castella. Sólo hay una diferencia: Roca ha experimentado un año con la compañía de su hermano. No le han quedado ganas de repetir…
¿Fin del veto?
El penúltimo capítulo de estas intrigas de despachos nos volvía a conducir a Gerena. Distintas fuentes acercan a Daniel Luque a otra casa grande, el grupo FIT del difunto magnate mexicano Alberto Bailleres, bajo la batuta de Antonio Barrera. El diestro retirado retomaría así la senda del apoderamiento después de aquella fallida experiencia junto a Morante que concluyó abruptamente en el verano de 2017 con aquella sorpresiva retirada estratégica del cigarrero que, en realidad, sirvió para soltar lastre y preparar su última etapa en los ruedos.
Pero la recolocación de todas las piezas de este puzzle podría alumbrar un reencuentro que, en realidad, llega demasiado tarde. Jorge Casals lo adelantaba este domingo en Aplausos: Luque y Roca podrían volver a torear juntos en 2026. Es justo; también necesario. Los vericuetos personales de ambos toreros no incumben al aficionado pero su competencia natural en el ruedo sí.
El veto inoperante del peruano les ha birlado una hermosa rivalidad que habría dado son y sal a las últimas tres temporadas. Pero hay que subrayar el dato: la competencia aplazada llega ya a destiempo, con la cosecha agostada, lejos del sentido y la oportunidad que habría tenido hace un par de años por más que el vacío posmorantista demande este tipo de gestos para dotar de contenido una temporada en la que, más que nunca, se pondrá a prueba la afición y el talento de los mandamases del negocio. Lo fácil, ya lo saben, será seguir poblando las ferias con esos tres o cuatro nombres que aburren al santo Job.
¿La tormenta perfecta?
En esta tesitura podrían alinearse todos los planetas para alumbrar el escenario perfecto de una reaparición que cobraría sentido: la de José Tomás. Entornada el aura deslumbrante de Morante, y ante la falta de potenciales estrellas emergentes, los públicos necesitan de un aliciente que deslumbre en el horizonte.
José Tomás toreó su última corrida en Alicante en el verano de 2022, poniendo fin a unos años de actuaciones intermitentes que, posiblemente, acusaron el uso y abuso, el agotamiento del modelo en la tarde de Jaén de aquella misma temporada. El madrileño no ha dejado de torear en el campo, de visitar sus ganaderías predilectas rodeado del sigilo que siempre le acompaña… ¿Ha llegado el momento de escenificar su penúltima reencarnación en el umbral de su trigésimo aniversario de alternativa?
Sin noticias de Sevilla…
…más allá de la insistente rumorología que confirma a los Pagés en los despachos de la calle Adriano. Es lo más factible a tenor de lo que dicen, o susurran unos y otros, pero sin otorgar la certeza absoluta a la permanencia de Ramón Valencia al frente de los mandos del coso del Baratillo.
Se habla de trasiego de abogados, de flecos sueltos, hasta de discrepancias en el seno del cuerpo social de la Maestranza -dicen que aún debe haber una junta general de caballeros para informar del asunto- pero el caso es que se atasca esa noticia que se esperaba desde el 14 de octubre, una vez arrastrada la última res que se ha lidiado en la temporada 2025 en el coso sevillano.
¿Se ha firmado el nuevo contrato? En todos los rincones del mundillo taurino sevillano se da por hecho que sigue Pagés bajo un nuevo marco contractual y temporal pero hay un dato inquietante: aún no ha comenzado la reseña del elenco ganadero de la temporada 2026.
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