Chicuelo: un torero entre dos aguas que lo iba a cambiar todo

TOROS Y LIBROS

Manuel Escalona y El Paseíllo presentan en la noche de este lunes en el Real Círculo de Labradores la biografía definitiva del gran diestro sevillano

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Chicuelo en medio de la inmensidad de la efímera Monumental de Sevilla en la Feria de Abril de 1920. / Archivo familia Jiménez Amador

El salón de actos del Real Círculo de Labradores acogerá en la noche de este lunes la presentación de un libro que viene a llenar un vacío elocuente que sólo había preconizado José Alameda, el gran tratadista taurino, desde su exilio americano. Pero el rescate de la definitiva trascendencia profesional y artística de Manuel Jiménez Chicuelo, un torero que navegó entre dos orillas remotas para modelar los esbozos del toreo ligado que había anunciado Gallito, tenía pendientes aún algunas aristas cruciales.

Chicuelo, el gran artista de la Alameda de Hércules, iba a reformar para siempre la estructura del lenguaje taurino alumbrando el esquema básico del toreo contemporáneo: los muletazos encadenados, estructurados en tandas al modo de estrofas. Tan fácil, tan difícil... La presentación del libro ¡Chicuelo! El hombre que cambió el toreo, se había demorado un mes largo por el inesperado fallecimiento de Pepita Amador, nuera del torero de la Edad de Plata, esposa de Rafaelito Chicuelo y matriarca del clan que mantiene viva esa llama en el joyel regionalista de su casa de la Alameda. Manuel Escalona, el autor del libro, estará arropado por David González, infatigable editor de El Paseíllo, el diestro Pepe Luis Vargas y Manuel Jiménez Amador, también Chicuelo y guardián de la memoria humana y artística de su abuelo, el gran Manuel Jiménez Chicuelo.

La hemeroteca de la época presta el mejor hilo conductor a la trayectoria del torero

Escalona, de alguna manera, culmina una tendencia revisionista que desboza algunos tópicos manidos. Pero conviene subrayar el dato: ese proceso no se podría entender sin los postulados de José Alameda, el mejor captor de ese hilo del toreo que da título a una de sus obras más difundidas. ¿Por qué seguir ahondando en el legado artístico y taurino de Chicuelo? El propio autor se encargó de responder a la pregunta después de la primera puesta de largo de su obra en la pasada Feria del Libro: “Partía de la idea de Chicuelo como un torero creador, pionero de la escuela sevillana, precursor de la chicuelina, genio del capote... pero no tenía asimilada su aportación al toreo en redondo, a lo que hoy se hace en las plazas”.

Escalona sí había oído hablar de ese trasteo revelador al toro Corchaíto de Graciliano Pérez Tabernero que marcaría la definitiva frontera en la plaza vieja de Madrid en 1928. Pero había que seguir buscando... Las aportaciones de Alameda eran obligadas y fueron el primer paso a la inmersión en la hemeroteca que, de hecho, acabaría otorgando la arquitectura principal de este libro cuando ni siquiera estaba en mente. “Me di cuenta de que había cosas que contar pero, sobre todo, que aún podía haber datos que aportar atendiendo al testimonio de la prensa de la época”. Tocaba pasar por encima de parámetros más o menos manidos y hasta corregir esquemas que, por repetidos, se habían dado como buenos.

Manuel Escalona firmó ejemplares de su biografía de Chicuelo en la Feria del Libro. / El Paseo

“También había que matizar mucho sobre la irregularidad de Chicuelo”, señala el autor deteniéndose especialmente en el gallismo de Manuel Jiménez. “Lo fue desde niño; de pequeño ya iba a la huerta del Lavadero con los Gallo pero nada habría sido posible sin la revolución de Belmonte”, precisa Escalona incidiendo en un dato fundamental: “Chicuelo pudo culminar lo que no pudo terminar Joselito...”

Pero Manuel Escalona avanza otros datos que permiten constatar la velocidad vertiginosa que adopta la evolución del toreo en apenas una década, comenzando por la tragedia de Talavera pero, sobre todo, por los cambios de selección que experimenta el toro bravo por inspiración del propio Joselito. “Había buscado un toro con poder y bravura pero también que tuviese una embestida más depurada; pero eso tarda en desarrollarse...” El autor fija las claves de ese proceso, como en un cante de ida y vuelta, en México. “En aquellos toros de sangre Saltillo encontró la embestida franca, la noble bravura que necesitaba para desarrollar ese nuevo toreo...”

El libro, de más de 400 páginas y 200 fotos fechadas desde comienzos de los años 20 “demuestran que lo de Chicuelo no es ninguna broma sino que hace una aportación absoluta y total al toreo”, remacha David González, su editor, reafirmando es ese papel precursor del torero sevillano y hasta su condición de famoso en unión de su mujer, la célebre Dora La Cordobesita que había sido retratada por Romero de Torres. La cita promete. Es esta misma noche, a las 19.30, en el Real Club de Labradores.

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