Cristiano Torres corta la única oreja de una noche larga y anodina
NOVILLADA DE ABONO
El novillero maño se entregó a su modo frente al manso y vacío encierro de Fermín Bohórquez
Corpus 1925: la alternativa del Niño de la Palma y el nacimiento de una dinastía
El abono taurino sevillano retoma el hilo en las noches de los jueves de junio

La novillada con picadores celebrada en la noche de este jueves en la plaza de la Maestranza, que reanudaba el abono tras el paréntesis rociero, se ha saldado con la oreja cortada por Cristiano Torres, novillero más destacado de un festejo interminable y anodino marcado por la mansedumbre de los novillos de Fermín Bohórquez.
COn esos mimbres, la suerte iba a ser para el que más la buscó. Fue el novillero maño Cristiano Torres que se las vio en primer lugar con un novillo de escasa fijeza y bronca mansedumbre que propició una lidia desordenada e inconexa. Con la muleta en la mano iba a haber más entrega que brillo con el hándicap de las fuertes querencias de un animal rajado que acabaría volteándole con gran violencia. Sin arredrarse por la fortísima voltereta -la impresión primera era de un percance grave- Torres iba a mantener la firmeza, arrimándose de verdad con aire ojedista -había brindado al maestro de Sanlúcar- en una faena intensa y extensa que concluyó de una estocada trasera y caída que no validó la oreja pese a la ruidosa petición de trofeo.
Con el quinto, de escasa presencia y aire abecerrado, esbozó algunos lances de mérito y echó toda la carne en el asador en una faena iniciada con una imposible arrucina de rodillas que basó en un compacto toreo diestro y un personal manejo de la izquierda que aprovechó la sosa nobleza de un animal con muchas carencias. El feo espadazo no impidió que cortara la oreja esta vez.

Uceda Vargas, de Gerena, se marchó a portagayola para recibir al primero, un utrero suelto en la lidia que fue siempre a menos. Los tercios se sucedieron sin relieve alguno por más que el novillero mostrara cierto empaque en el manejo de la muleta, especialmente con la zurda, frente a un enemigo vacío de todo, prolongando su labor sin sentido. La espada, eso sí, fue fulminante. Con el cuarto iba a enseñar algunos fogonazos de calidad manejando el capote. Para no variar la tónica que sacó el encierro, el novillo iba a mantener el aire suelto y rajado en medio de una lidia lenta y premiosa. Uceda, que brindó a su paisano Daniel Luque, intentó torear siempre asentado, haciendo las cosas bien, pero la mansedumbre del animal se impuso a cualquier voluntad.
El Mene, también maño, manejó el capote con atisbos de personalidad y sentido del temple. Ese tercero mantuvo el aire manso del encierro, moviéndose a su aire. El zaragozano planteó una faena pulcra, de buen trazo al natural, y escasas apreturas en la que el novillo fue rajándose progesivamente hasta refugiarse en tablas. La estocada, eso sí, fue eficaz. Con el sexto, bien picado por Alberto Sandoval, volvió a mostrarse compuesto en el manejo del capote e iba a mostrar su mejor concepto en el inicio de una faena que no iba a tener continuidad por la mediana calidad de un enemigo que iba y venía sin mayores profundidades. El espadazo fue contundentente. Se esperaba más de él...
FICHA DEL FESTEJO
GANADO: Se han lidiado seis utreros de Fermín Bohórquez, correcta y desigualmente presentados. El primero apenas tuvo contenido; bronco y manso el segundo; mansos también tercero y cuarto; se dejaron a medias los sosos quinto y sexto.
NOVILLEROS: Uceda Vargas, de grana y oro, palmas y ovación
Cristiano Torres, de canela y oro, vuelta tras petición y aviso y oreja
El Mene, de verde y oro con remates negros, silencio y ovación tras leve petición
INCIDENCIAS: La plaza registró media entrada en tarde noche agradable. Los tres actuantes se presentaban en calidad de novilleros con picadores en la plaza de la Maestranza. José Manuel Hernández y Pablo García saludaron tras banderillear al sexto.
También te puede interesar