No decepcionó la corrida de don Santiago Domecq
Había expectación entre los aficionados por ver el comportamiento de los toros de la divisa jerezana. Todos se acordaban de la excepcional corrida del año pasado, y en especial de Tabarro, un toro excepcional que no fue premiado con la vuelta al ruedo. Sin alcanzar el nivel de esa, tampoco defraudó esta. Muy bien presentada, con la excepción del cuarto, fue brava en el caballo desarrollando con matices nobleza en la muleta. Incomprensiblemente se marchó con las orejas al desolladero.
De entre todos destacó el segundo, de nombre Anárquico, que fue premiado con la vuelta al ruedo. De impecable presentación, empujó con fijeza en ambos puyazos. En las banderillas, reservón, espera y aprieta hacia los adentros poniendo en apuros a los banderilleros. Le comento a mi vecino que el toro en banderillas había ido a peor. Me equivoco. Rompe en la muleta, galopando, con una embestida codiciosa y humillada de toro bravo hasta el final. Muere en tablas, buscando la querencia que ya marcó en el tercio de banderillas. Fue un gran toro, bravo en el caballo y excepcional en la muleta. ¿Fue de vuelta al ruedo? Tengo mis dudas. Hasta hace unos años la vuelta al ruedo era algo excepcional, no ocurría todos los años. Solo se otorgaba a toros excepcionales muy completos en todos los tercios. Ahora, sea por la posibilidad de indultar los toros o por la menor exigencia, se da la vuelta al ruedo a muchos toros, especialmente a aquellos que destacan en la muleta, sin tener en cuenta su comportamiento durante el resto de la lidia. Se debería ser más exigente.
Le tocó en suerte el toro a Miguel Ángel Perera. Comenzó la faena por alto en el tercio para a continuación, ya en la segunda raya, con la derecha, bajando mucho la mano, con mucho mando, quebrar la embestida del toro. Igual hace con la izquierda. El toro acaba entregado. Ya con el toro dominado, con la embestida más corta, coge de nuevo la derecha para torear en redondo con el toro, ya entregado, humillado, limpiando el albero con el hocico. ¡Excepcional! Necesitaba este toro bravo, mandó y lo encontró en la muleta poderosa del torero de La Puebla del Prior. Con ayudados por bajo se lleva al toro hasta la segunda raya, donde lo mata de una estocada hasta la bola de perfecta ejecución. El toro tarda en morir, se amorcilla en la querencia, necesita cuatro descabellos que le privan de las dos orejas que de no ser así hubiese cortado.
Escribano tuvo un primer toro, bravo y noble en la muleta, con el que nunca se acopló. Nunca encontró la distancia adecuada, ahogando muchas veces la embestida de un toro que necesitaba más espacio y suavidad con la muleta. Igual le pasó a Borja Jiménez, como Escribano dispuesto toda la tarde, si bien no acabó de acoplarse con su primero, un toro de mucha calidad en la muleta, si bien es verdad que muy justo de fuerza, ni con el bravucón sexto, al que en los medios realizó una faena vulgar, muy jaleada, que no fue premiada por el deficiente uso de la espada.
Tito Sandoval, merece la pena reseñarlo, realizó una bonita y vibrante pelea de varas con el sexto de la tarde. Qué bonita es la suerte de varas cuando se realiza bien. Qué pena es que ya apenas se realice. Los toros no son solo una faena de muleta, aunque para muchos lo parezca.
Me fui de la plaza acordándome de Tabarro, no fue premiado con la vuelta al ruedo por el mismo presidente que sí la premia para Anárquico. Paradojas de esta plaza y de un presidente sin criterio.
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