Con mal sabor de boca, Lea Vicens dejaba ver anoche su rabia por no tocar pelo. "Me hubiera gustado cortar oreja, pero estoy muy satisfecha con mis faenas y con algunos detalles que creo que han tenido mucho nivel, sobre todo en los quiebros y en la cercanía", explicaba la francesa, que reconoce haber cometido "errores estúpidos de principiantes". "En los pinchazos a veces hay hueso", añadía. Sobre su primer animal, Vicens señalaba su falta de transmisión: "Ha estado muy parado. Me cuesta más trabajo torear los toros que no embisten". Con el segundo tuvo más suerte aunque dejó escapar la oreja al final: "Ha sido un toro bueno, lo dejé un poquito crudo y pude hacer una faena movida. Me desesperé y lo estropeé con el rejón a muerte. Tenía una faena de oreja", explicaba.
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