España tiene nada menos que 49 bienes reconocidos por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Y dentro de este considerable número, podemos encontrar a dos entre los 13 barrios reconocidos por su excepcional valor histórico y cultural. Estos dos barrios son el Albaicín en Granada y el casco histórico de la capital cordobesa.

Una lista de 13 barrios que se completan con otros de toda España como la ciudad vieja de Cáceres, el casco histórico de Cuenca, de Ibiza y Toledo, etc. Todos ellos son lugares para disfrutar de la historia, puertas en el tiempo que nos permiten vivir de primera mano el increíble legado histórico de nuestro país.

El Albaicín: la puesta de sol más bella del mundo

Estas fueron las palabras de Bill Clinton durante un viaje a nuestro país, y más concretamente al barrio del Albaicín, legado del reino nazarí durante el cual vivió un increíble esplendor, con un desarrollo arquitectónico y cultural sin precedentes. Se cree que fue fundado en el siglo XI por los ziríes y se caracteriza por sus calles empedradas, las casas encaladas y las plazas en las que perderse y dejarse llevar por un encanto embriagador. 

La arquitectura andalusí se mantiene a pesar de los cambios producidos durante la Reconquista de los Reyes Católicos, conservando intacto el esplendor de un barrio que hay que ver, al menos, una vez en la vida. Estos son algunos de los monumentos que no podemos perdernos en nuestro viaje al Albaicín:

• El Mirador de San Nicolás es el emplazamiento perfecto para casi caer desmayado ante tal cúmulo de belleza. Una vista increíble que ha sido mil veces retratada: la Alhambra se levanta majestuosa sobre una colina, en la que podemos apreciar, también, los diferentes palacios nazaríes y la Torre de la Vela. Un mirador para ir al atardecer y disfrutar de un ambiente relajado junto a artistas callejeros y puestecillos ambulantes.
• Baños Árabes El Bañuelo: Construidos en el siglo XI a la orilla del río Darro, es el mejor conservado de los cuatro hammam que hay en Granada. Ideal para una tarde de relax completa.
• Iglesia de San Salvador: construida sobre una antigua mezquita, la iglesia muestra en su estructura la transformación que sufrieron numerosos edificios religiosos durante la Reconquista.
• Casa árabe de Horno de Oro: una casa morisca con patio interior y preciosas vistas a la Alhambra, ideal para tener una visión global de cómo era la vida doméstica nazarí. En el siglo XVI se le añadió una segunda planta.

Casco histórico de Córdoba: esencia del esplendor andalusí

El casco histórico de Córdoba es uno de los cascos antiguos más grandes de toda Europa y mantiene la huella imborrable del paso de romanos, árabes y cristianos. Fue en el año 717 cuando Córdoba se convirtió en la capital de al-Ándalus por sus características geográficas y estratégicas. Durante el siglo X la ciudad alcanzó su apogeo, con la construcción de su Mezquita (ahora mezquita-catedral). Estos son algunos de los sitios que no debes perderte en tu paseo por el caso histórico de Córdoba.

• Mezquita-Catedral. Una de las joyas arquitectónicas de nuestro país, así como uno de los monumentos más visitados a lo largo del año. Originalmente una mezquita, fue convertida en catedral, aún manteniendo su estructura. La combinación de estilos ofrece momentos de una belleza increíble.
• Alcázar de los Reinos Cristianos. Construido en el siglo XIV, este palacio-fortaleza fue la residencia de los Reyes Católicos. Merece la pena ser visitado por sus exuberantes jardines y patios, así como sus imponentes torres defensivas.
• Puente Romano. Un puente que data del siglo I a. C. y modificado a lo largo de los años, situado sobre el río Guadalquivir. Ofrece una de las mejores panorámicas de Córdoba y es perfecto para un paseo relajado al atardecer.
• Judería. Un barrio medieval repleto de calles estrechas y casa encaladas, patios decorados con flores de múltiples colores y donde se encuentra la sinagoga, uno de los tres edificios de estas características y del medievo que se conservan en España.
• Patios. La tradición cordobesa de decorar los patios con flores y plantas y conservarlos de este modo son, sin duda, un atractivo no solo para el turista, sino también para el vecino que pasa alrededor de ellos cada día.