Arte entre cañas y fogones
Tabernas y restaurantes se han convertido en los últimos tiempos en nuevos espacios expositivos donde los artistas, consagrados o emergentes, muestran sus trabajos de forma gratuita y sin compromisos
Esculturas de caoba comparten desde enero protagonismo con níscalos estofados con conejo de campo. La escultora Mar Solís y el chef Julio Fernández Quintero, poseedor de una estrella Michelin, son los autores de estas obras de arte, plástica y gastronomía. Ambas especialidades pueden ser saboreadas en el restaurante Abantal, en la zona de la Florida. Éste es un ejemplo de los numerosos locales relacionados con la hostelería que prestan sus espacios a artistas, especialmente emergentes, para exponer sus trabajos. El Café Alameda, La Carbonería, el bar La Fábula, la Taberna del Alabardero, la taberna Ánima -donde Begoña del Arco inauguró el miércoles Versátil- DeciBelius Café o Bendito Café -que expone dibujos de Carlos Hernández y Juan de Dios Álvarez- son algunos casos.
Mar Solís es la primera artista que pisa Abantal. "La elegimos porque su obra se fusiona muy bien con la filosofía del restaurante y nuestra cocina; muy directa y lineal, igual que la obra de Mar", comenta el cocinero Julio Fernández. "Hay tres esculturas en la pared y 16 dibujos en papel. Y, aunque aún no se ha vendido ninguna obra, a los comensales les encanta esta idea, especialmente a los clientes habituales". El chef asegura que pretende seguir con esta iniciativa, pero "siempre que la obra esté en concordancia con el restaurante".
Este sistema es muy utilizado por los artistas emergentes o poco reconocidos. La Carbonería ha visto nacer a numerosos profesionales no sólo del flamenco, sino también de las artes plásticas. "Realizamos exposiciones pictóricas y fotográficas desde 1975. Somos una taberna cultural", afirma María José Collado. "La Carbonería no nos cobra por exponer y se preocupa mucho por la difusión de tu trabajo", asegura el pintor y profesor de literatura Ángel Leiva, que expone estos días en este lugar De Cosmópolis al Sur. "Yo no expongo para vender y las galerías quieren todo lo contrario. Además, la mayoría tienen las fechas cerradas hasta el año que viene", concluye este poeta hispano-argentino especialista en la pintura abstracta.
La Taberna del Alabardero también fusiona lo mejor de la hostelería con la pintura. "Las primeras exposiciones eran cuadros de la colección privada de la casa y del gerente, hasta que, hace unos diez años, un artista llegó preguntando si podía exponer sus obras", explica un portavoz del departamento comercial. Todo trabajo pasa por una selección previa para que las obras estén relacionadas con el estilo de la casa, conservador y costumbrista. Trinidad Fernández, fiel seguidora de artistas sevillanos como Antonio Parrilla o Carmen Laffón, ha sido la última en exponer en este lugar. Según el departamento comercial de la Taberna del Alabardero, los profesionales no pagan ningún tipo de alquiler. El único requisito es que éstos deben ceder un cuadro para la colección privada de la casa, con el objetivo de ponerlo a la venta en un futuro y destinar los beneficios a los proyectos solidarios de la fundación.
Con el propósito de conservar las obras originales y evitar posibles daños, Lucas Rodríguez y Carlos Garu abrieron hace un año DeciBelius (avda. de las Ciencias), donde los amantes del café y del gin tonic pueden disfrutar de diferentes exposiciones en formato digital. "Disponemos de siete pantallas de alta resolución donde se proyectan las diferentes pinturas y fotografías del artista de turno", comenta Carlos Garu. "Las exposiciones, la mayoría de artistas noveles, son gratuitas; sólo, en caso de venta, cobramos hasta un 25% de la obra para cubrir los gastos de publicidad". Una forma diferente de acercar la cultura a la sociedad.
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