La Sierra Sur, gracias a La Despensa de Palacio y a las fértiles tierras de Estepa, quizás pueda pronto empezar a oler a cacao. De momento, este obrador lleno de historia y tradición ha conseguido que florezcan en la provincia de Málaga unas pequeñas piñas, las primeras mazorcas de cacao producidas en Europa y el punto de partida de una nueva aventura productora y empresarial.

Para los responsables de La Despensa de Palacio, lo que han conseguido podría calificarse incluso de todo un "hito histórico", un "privilegiado tesoro" por los que muchos perdieron la esperanza en el camino.

Una de las nuevas plantaciones de La Despensa de Palacio

En los últimos siglos, desde el XIX hasta hoy, han existido tres intentos infructuosos de sembrar cacao en España. Uno de los personajes más importantes en la búsqueda del ansiado cacao fue el comerciante español Manuel Agustín de Heredia que, junto a Claude Botelou, creador de los Jardines de los Reales Alcázares de Sevilla, sentó las bases de la exótica iniciativa.

Una de las plantas de cacao

Fleming dijo que "a veces uno realiza un hallazgo cuando no lo está buscando". Pues bien, durante una de las visitas al majestuoso museo del chocolate que La Despensa de Palacios ha puesto en pie después de mucho esfuerzo y tesón, en su aventura por los mundos del saber, Iñaki Hormaza, profesor de investigación y responsable del Departamento de Fruticultura Subtropical del IHSM La Mayora (perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas), se ha convertido en la pieza clave para que se lograra el sueño del obrador estepeño. 

A los pocos meses, experiencia sobre el terreno y ciencia se dieron la mano para hacer realidad lo que otras generaciones no habían logrado. La Despensa de Palacio, gracias a la constancia y el conocimiento adquirido tras largos años de siembra, ha visto sus frutos parte empezar a formar parte de la historia del cacao y de la gastronomía española y europea.