El jueves, 18 de mayo, a las 19:30 en el Antiquarium de Sevilla (Plaza de la Encarnación), el sello editorial sevillano Extravertida presenta la reedición de la obra Medea murió en Corinto, del escritor fallecido en Sevilla en 2020, Antonio Jiménez Casero. La obra de Jiménez hace referencia a Medea, la heroína mítica del siglo V a.C, mítica hija de Helios (el sol), pero la originalidad de Antonio Jiménez fue afirmar con rotundidad: "A pesar de nuestros esfuerzos por educar en la igualdad, aún damos culto a esa tragedia griega, misógina y pedagógica. Y en buena hora, porque es una de las cimas literarias de la antigüedad; pero que convienen contextualizar y no sacralizar su mensaje".

Es una recreación del mito de Medea, humanizándola y alejándola de la perspectiva misógina con la que fue tratada en la antigüedad. Además, Antonio Jiménez plasma en ella su visión del mundo, sus ideas de democracia, del humanismo que tanto predicaba.

La obra que ahora sale publicada fue deseo del propio Jiménez Casero a ser reeditada bajo el sello sevillano, tal como indica el propio editor, pues "la anterior edición estaba llena de errores orto-tipográficos al modificar la imprenta el archivo final, y es ahora cuando hemos querido lanzar la novela, en homenaje a su gran calidad como humanista, escritor y profesor".

Medea murió en Corinto se sitúa frente a toda tradición misógina de Grecia, ya que de esa literatura, que en ocasiones amplifica el temor del varón griego a las mujeres, Medea es la cima inalcanzable. Ella es la advertencia de los varones griegos a las mujeres que aspiran a una mayor independencia. Porque la culpa primigenia de Medea es que ella piensa como un hombre.

Kión de Yolko, es el personaje que adopta Jiménez Casero, un poeta jorobado y cojo, que conoce bien la vida de Medea, sabe que la que ha llegado hasta nosotros es absolutamente falsa. De paso, este Kión de Yolko nos desvela que el mito está lleno de mentiras urdidas hábilmente. Las mismas mentiras que tejen los asesores de imagen de nuestros prohombres de la política y las finanzas. Kión de Yolco no nos habla sólo de la Grecia Antigua. Con la mirada adecuada podremos describir que nos plantea eternos, y por tanto, actuales.

El nexo que crea Jiménez con la actualidad a través de lo que él conocía perfectamente, la antigüedad clásica, creó una obra que destacaba no solo por su temática, sino por su escritura, retomando el hilo de las narraciones cruzadas y siempre con la prosa esencial y desbordante que de su pluma salía. Todo es, en esta obra, fulgor y belleza.

Presentación

El libro será presentado por los que fueron compañeros y profesores, como son Carmen Alfonso y Fernando Rivero. Antonio Jiménez Casero (Azuaga, 1952; Sevilla, 2020) fue profesor de Latín y Griego del Instituto de Enseñanza Secundaria Pino Montano.

Ejerció la docencia en distintos Institutos públicos y en algunos de ellos la Dirección, como en Cazalla de la Sierra, Morón de la Frontera y el IB 20 (luego IES La Paz de Sevilla). Pero fue en Pino Montano donde desarrolló la mayor parte de su labor profesional, 28 años, 17 de ellos como Director.Tuvo otros campos donde desarrolló sus inquietudes y vocaciones: el atletismo, dirigiendo el Club de Atletismo San Pablo durante 16 años, la divulgación, manteniendo el blog "Crónica de la Indignidad", y la Literatura, siendo autor de "El morador insomne" (1988 Premio de Novela Felipe Trigo, reeditado 2015), "Medea murió en Corinto" 2016, reeditado en 2023, "No vuelvas, Odiseo" (2018) y "eLaberinto" (2020).

Compañeros y alumnos lo consideraron un maestro porque aunaba la autoridad del que sabe con la empatía de un ser entrañable. Por ello, un grupo de alumnas, perspicaces y generosas, le retaron a seguir escribiendo novelas ya que intuían el valor singular del profesor que tenían y la necesidad de que muchos otros disfrutaran de su trabajo.

Medea murió en Corinto, de Antonio Jiménez Casero, es una novela de viajes y una novela que reivindica la condición femenina. Es una recreación del mito de Medea, humanizándola y alejándola de la perspectiva misógina con la que fue tratada en la antigüedad.

Además, Antonio Jiménez plasma en ella su visión del mundo, sus ideas de democracia, de humanismo, de situar al hombre por encima y en el centro de todas las cosas. Llaman mucho la atención en esta obra la fluidez narrativa y la riqueza en las descripciones, sobre todo en las referidas al campo, a la vida cotidiana y a las costumbres: formas de vestir, sacrificios de animales, comidas… y todo ello utilizando un vocabulario muy rico y variado