La Historia con mayúsculas es la pasión de Juan Carlos García Reyes, por eso, y tras más de 25 años de trabajo en el IMD, decidió estudiar la carrera por la UNED, "a pesar de que siempre fui de ciencias", detalla. Hace siete años, y siguiendo la andadura por el mundo de las letras, se lanzó a la literatura. Los lectores de su primera novela-thriller la acogieron con "cariño", lo que le motivó a seguir escribiendo. Hoy, en la Fundación Cruzcampo a las 20:30, presenta su nueva obra, Salto al vacío, la segunda parte de Cartas inconfesas.

De manos de la editorial Jirones de Azul, García Reyes se adentra en una nueva trama de misterio protagonizada por el mismo personaje que en su primer trabajo, Ángel. "Es el único personaje que se repite", comenta. Las referencias históricas no faltan así como las localizaciones por distintas partes del mundo. "Ángel se dedica a la compraventa de antigüedades y, tomando como centro de operaciones a Madrid, se mueve por Huesca, Ronda, Mallorca, París y termina en Egipto, del que estoy enamorado". Sin querer revelar los enigmas de la narración, resume la trama: "Parte de una historia trágica que le sucede al protagonista, un hecho que le lleva a indagar y a intentar resolver un rompecabezas en la búsqueda de la verdad".

Describe la obra que hoy presenta como "más personal", donde más sentimientos afloran, así como más "trabajada y adulta". Al igual que en Cartas inconfesas, la lectura es ágil y supera las 400 páginas, ordenadas en 13 capítulos. El precio: 21 euros.

Reconoce que con su primer libro quiso "desahogarse" y en el segundo crear algo aún más "profesional". Ya ultima su tercera novela, de ambientación histórica en Tartessos, con la que afirma sentirse más cómodo y haberla escrito por puro "gusto".

Como claves de Salto al vacío, destaca la colaboración de la protectora de animales de Guadalajara y su gata Suerte -"les prometí que acabaría la obra con la palabra gato y así es"- y su agradecimiento a Donando Vidas. La dedicatoria, "a mis padres y a mis suegros, a quienes les debo mucho".

El autor, ayer en la sede de 'Diario de Sevilla'