Música hecha por una sonrisa sincera

Aún recuerda cuando de niño se arrancaba a cantar delante de su familia en alguna reunión. Para Juan Palma la música siempre ha sido su gran pasión, hasta el punto de casi dejar aparcados sus estudios de Ingeniería Técnica Industrial al convertirse en vocalista del grupo sevillano La Fábrica. Lo que entonces ocupaba su tiempo de esparcimiento se convirtió poco a poco en una carrera artística que lo llevaría por diversos rincones de toda Andalucía. Las ansias de un joven incansable aspiraban a más. Pronto emprendió en solitario la idea que ahora le ocupa: el club de las sonrisas sinceras. "Esta idea, que es el lema de mi página web y una de las canciones del disco, surgió de una conversación con una amiga cansada por la falsedad de los rostros de alguna gente". El sevillano, que lleva componiendo desde hace ocho años, tuvo que emplearse a fondo para caminar sin el apoyo de una banda. "Entré en la Escuela de Artistas donde me formé en muchos aspectos y técnicas vocálicas, era algo parecido a Operación Triunfo". El resultado de ese aprendizaje lo plasma en su disco de estilo pop-rock Sin trampa ni cartón, ya a la venta on line y pronto en formato físico. Cree que bajar el precio del disco es la vía para mejorar las condiciones del mercado e incluso colabora con la Fundación Qwold. "Me gusta huir de la temática de amor-desamor con canciones de grito al cielo donde hablo del estado de ánimo". El disco, fruto de un largo proceso de selección, "carece de canciones de relleno", según el cantante.