Nace en Andalucía el primer helado del mercado con leche de continuación
Un proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Industria permite a Nordwik crear un producto para niños a partir de un año Ya han vendido 120.000 unidades
"¡E mío!". Apenas tiene un año y César Penalva se aferra al palo de su helado con tanta fuerza que la leche del suculento manjar empieza a gotear. Es verano y el termómetro marca 40 grados, así que el pequeño no tiene ninguna intención de renunciar a tamaña exquisitez. Es el primer verano que el pequeño come helados y lo hace gracias a una idea de su padre, uno de los propietarios de la empresa granadina Nordwik, encargada de fabricar el primer helado de España hecho con leche de continuación para niños a partir de un año. Francisco, Nacho y César Penalva son la nueva generación de hermanos que dirige esta compañía con más de 44 años de historia.
Los tres tienen hijos con edades comprendidas entre uno y 4 años, así que conocen esa mirada de deseo que cada verano se dibuja en el rostro de los pequeños cuando se abre el congelador de casa. "Viniendo de familia de heladeros queríamos que nuestros niños también pudieran disfrutar cuando llega el verano de un helado fresquito y comenzamos a trabajar en la idea", relata César Penalva, encargado de la dirección de la empresa.
Para que Mi primer helado pasara de ser una idea a una realidad la empresa contactó con otras cuatro sociedades andaluzas (Biosearch, Acesur, Phitoplant Ingeniatrics y Nordwik) y juntos diseñaron el proyecto Atena, con el que se propusieron obtener aceites y grasas con mejoras nutricionales y tecnológicas que se pudieran incorporar en productos de alimentación. El proyecto, con un coste cercano a los dos millones de euros, obtuvo una financiación del 60% del Centro de Desarrollo Tecnológico y de Investigación dependiente del Ministerio de Industria. En el consorcio participaron también importantes grupos de investigación de la Universidad de Granada, de la de Cádiz y de la de Córdoba.
"En un principio nuestra estrategia se basó en el seguimiento del líder, hacer los mismos productos que ellos desarrollaban, pero vimos que el mercado estaba tan controlado por las grandes marcas que nos dejaban muy poco hueco, así que giramos la estrategia y empezamos a apostar por la calidad y los productos biosaludables", relata César Penalva.
Tras nueve meses de trabajo las cinco empresas consiguieron un helado en cuya composición se habían incorporado grasas no hidrogenadas ricas en ácidos grasos omega 6 desarrolladas en el marco de este proyecto. Ahora tocaba testar el producto entre los exigentes comensales. Para ello, el polo llegó a numerosas guarderías de la provincia, donde comprobaron si el sabor era aceptado por los pequeños, el tiempo que tardaban en comérselo, si se manchaban mucho o si volvían a pedir más. "Nos dimos cuenta de que a los niños les gustaba también si le añadíamos sabores como fresa o chocolate, pero las madres optaron por un polo de leche que manchara menos", indica Penalva. Inevitablemente el niño se mancha, pero "es un producto de verano, es una época en la que los niños visten poca ropa así que si se ensucian un poco es fácil limpiarlos", añaden desde la empresa.
Para la familia Penalva la prueba de fuego para intuir que su producto iba a ser un éxito fue intentar quitarle a un niño el palo después de que hubiera probado el producto. "Inténtalo, nos insta risueño uno de los encargados de la empresa. A día de hoy, Nordwik ha conseguido que grandes empresas como Alcampo, Carrefour o Dani hayan incorporado a sus lineales su producto, que se puede encontrar en cajas de seis unidades. En lo que va de verano se han vendido más de 120.000 unidades.
Hasta ahora sólo existían helados de leche normal para niños a partir de 3 años. ¿Qué pasa si a un niño de un año se le da un helado normal? Posiblemente nada, pero se corre el riesgo de que el niño padezca una pequeña indigestión, una colitis o que sea alérgico a las almendras y los padres no lo sepan. Mi primer helado tiene en su composición únicamente leche de continuación, proteínas, lactosa y aceite de girasol, un producto 100% saludable.
La empresa heladera que puso en marcha Francisco Penalva, el abuelo, en Churriana de la Vega sigue investigando, aunque el tradicional olor a galleta y chocolate siga llenando las estancias en las que trabajan unas 70 personas. El ritmo de producción estos días es frenético. Sólo en una semana de julio la empresa vende los mismos helados que en los seis meses de invierno. En plena ola de calor los trabajadores preparan las copas de sorbete de limón al cava que los hogares españoles servirán en Nochevieja. Todavía queda mucho para tomarse las uvas pero si alguien quiere ponerse en situación basta con darse un paseo por la sala de frío donde se guardan los helados a menos 25 grados. Fuera, a César Penalva hijo, ya sólo le queda el palo en la mano.
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