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Ruta por los monumentos isleños

Isla Cristina traza un recorrido histórico por las esculturas distribuidas por las calles de la localidad

1. Monumento a la Cultura y el Saber en el Paseo de Las Palmeras. 2. Escultura del Padre José Miravent. 3. Escultura de la Mujer Estibadora en un de las rotondas de la travesía Ronda Norte. 4. Monumento al Marinero en las confluencias de las avenidas Federico Silva Muñoz y del Carnaval. 5. El Pescador, en la Plaza de la Fundación. 6. Monolito a Roque Barcia.
S. V.

29 de julio 2015 - 01:00

Isla Cristina propone a vecinos y turistas un recorrido por su historia a través de la Ruta de sus Monumentos, "que ensalzan la forma de ser del isleño, sus antepasados, procedencia y tradiciones más arraigadas", apuntan desde el Ayuntamiento de la localidad.

La ruta comienza en el Monumento al Marinero, en la confluencia de las avenidas Federico Silva Muñoz y Del Carnaval. Es el más antiguo de la localidad (1979). Fue promovido por el isleño José Sosa Rodríguez y encargado por el alcalde Emiliano Cabot al por entonces presidente de la Asociación de Amigos de Isla Cristina en Madrid, Rafael López Ortega. Se hizo un recolecta, reuniéndose 12.000 euros, gracias a donaciones de particulares, empresas y personalidades como Juan de Borbón, conde de Barcelona, completando lo recaudado el que fuera presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, con 3.455 euros. La base, que simula una embarcación de pesca, es del arquitecto ayamontino Gonzalo Cano, las esculturas de los tres marineros izando el arte de pesca, del escultor isleño Carlos Silva, esculpidas en los Talleres de Germán Berzal, de la ciudad madrileña de Fuenlabrada.

Alrededor de su emplazamiento ajardinado, hay lápidas recordatorias de algunos de los naufragios más dolorosos para la población, como el del Islamar III, propiedad de Usisa, que con 28 tripulantes a bordo naufragó en aguas canarias (1984), salvándose tan sólo dos, y el del Begoñita y Pinito y a sus seis marineros fallecidos (1974).

El recorrido continúa por el monolito dedicado a Roque Barcia Martí en los Jardines de Andalucía. El busto del filósofo federalista sevillano estuvo durante algunos años dando la bienvenida a las puertas del edificio del Ayuntamiento hasta que, por razones desconocidas, desapareció.

Junto a la fachada principal del Templo Parroquial de Nuestra Señora de Los Dolores se encuentra la estatua del Padre José Miravent, el primer sacerdote de la ciudad (1779-1857) y autor de las memorias sobre la Fundación y Progresos de la Real Isla de La Higuerita, reconociéndosele la labor como el primer historiador de la localidad.

La siguiente parada es en la Plaza de la Fundación, donde se ubica el Monumento al Pescador, diseñado por el escultor isleño Francisco José Zamudio Barroso, encargado por el Ayuntamiento con motivo del 250 aniversario fundacional de la ciudad, celebrado en 2006. Es una escultura realizada en bronce, fundida en Alfa Arte, empresa de Éibar (Guipúzcoa). El marinero, que fija la mirada sobre la línea del horizonte, al sur, donde se vislumbra el mar, apoya su pierna derecha sobre un noray, mientras sostiene un remo con la mano izquierda. De su diestra penden tres ejemplares de peces de diferentes especies.

En uno de los paseos más antiguos de la localidad, el de Las Palmeras, aparece, ensimismado, el conocido popularmente como Hombre del Banco de Las Palmeras, el Monumento a la Cultura y el Saber. Inaugurado en vísperas de las Fiestas del Carmen de 2006, reproduce una fotografía (1920) del maestro Serafín Soler Zarandieta, leyendo uno de los libros que albergaban los primitivos bancos-biblioteca del paseo. Diseñados por el afamado arquitecto Aníbal González, se enmarcan en la corriente regionalista de la época, que combinaba el ladrillo visto y la cerámica esmaltada. Ya es típica la fotografía del turista sentado a su lado, como recordatorio de su paso por la ciudad.

La ruta finaliza en el Monumento a la Mujer Estibadora, profesión de muchas isleñas que manipulaban el pescado, sobre todo la sardina, en las empresas conserveras de la localidad. Se alza sobre un pedestal, rodeada de rosales rojos y otras plantas ornamentales en una de las rotondas de la travesía Ronda Norte. Comparte la misma técnica artística, fundición y características que los dos anteriores. Ataviada con la indumentaria típica de la época, falda, delantal y pañuelo en la cabeza, sostiene un tabal de sardinas en salmuera.

"Éstos son los monumentos isleños, personajes impertérritos que, si se les escucha, cuentan historias sobre los principales episodios de la localidad", subrayan desde el Ayuntamiento isleño.

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