Solidaridad en apuros
Una edición más, las flojas ventas marcan el rastrillo de Nuevo Futuro que hoy finaliza en el Meliá Lebreros
Mantones y capotes. Collares y flores. Muebles vintage y cuadros pictóricos. Desde el pasado miércoles, el Hotel Meliá Los Lebreros cede parte de sus instalaciones a la fundación Nuevo Futuro para que ésta celebre su tradicional rastrillo, que este año cumple su XXVIII edición. Unos 350 voluntarios colaboran con la organización para el buen funcionamiento de esta fiesta de la solidaridad, que cuenta con un total de 66 puestos. Muebles antiguos, bisutería, grabados y ropa de bebés y señora se alzan como los principales productos, sin dejar a un lado la gran novedad de este año: un rincón gourmet, donde es posible degustar productos ibéricos, así como cantábricos, trufas y quesos. Sin embargo, las buenas ventas no acompañan.
Ya en la edición anterior, Nuevo Futuro recaudó un 11% menos que en 2012, según datos de la fundación. "Hay muy poca afluencia de público. Las ventas, desde que abrimos el miércoles, han sido muy flojas. No creo que vayamos a vender más que el año pasado", anota Macarena Ybarra, al frente de un puesto de ropa de bebé hecha a mano.
Pero, aunque las ventas no son las esperadas, muchos empresarios de diferentes puntos de España colaboran año tras año con esta organización benéfica. Desde Barcelona acude fiel a la cita desde hace quince años Carmiña Viña, que, junto a varios familiares, regenta la tienda L'Arca en el barrio Gótico de la Ciudad Condal. Las mantillas antiguas de chantilly y blonda (blancas y negras), las tiras bordadas y los encajes son su especialidad. "Es un gozo venir a Sevilla. La gente aquí entiende mucho de encajes y mantillas", comenta Carmiña Viña. "Ahora existe un boom por lo vintage, sobre todo en lo relacionado con las novias, por eso estos artículos se venden tan bien ahora".
El puesto de Las Canasteras también se caracteriza por artículos antiguos, en especial muebles. "Yo colaboro desde hace 38 años con la duquesa de Alba, además de con Marta Talegón y Carmen Tello", explica María Dolores del Pozo, encargada de Las Canasteras. Mesas, sofás, sillas, sillones y muebles en general de épocas pasadas destacan en este expositor, donde también se pueden adquirir artículos de bisutería. "Cada vez en más difícil vender muebles antiguos, sobre todo a gente joven que prefieren ir a tiendas como Ikea, donde los precios son más bajos", señala María Dolores del Pozo.
De El Puerto de Santa María vienen Carmen Revuelta, Mary Lobatón y Soledad Rasero, al frente de la tienda El Revuelo. "Nosotras nacimos y crecimos aquí, con Nuevo Futuro", comenta Soledad Rasero. La moda parisina y los mantoncillos, "con diseños que permiten su uso durante todo el año", destacan en este puesto, fiel a la cita desde sus orígenes. "Nosotros diseñamos los mantoncillos, en Vietnam los bordan y las famosas artesanas de Cantillana colocan los flecos", apunta la empresaria.
El mundo del toro siempre ha estado muy vinculado con Nuevo Futuro. Así lo asegura Cristina González-Palomino, encargada del puesto denominado La Maestranza: "Los toreros, desde los inicios del rastrillo, siempre se han mostrado muy generosos con la fundación. Este año, por ejemplo, Manzanares nos ha donado un capote y una muleta. Talavante y El Fundi nos han dado un traje de luces cada uno; y otros toreros como Víctor Puerto, Cayetano, El Fandi o El Cordobés, capotes".
En este rincón taurino también se pueden adquirir lienzos y mantoncillos, entre otros artículos, además de papeletas para un sorteo de dos abonos para la Maestranza que concede la empresa Pagés. "Lo que no conseguimos vender en estos cuatro días, lo guardamos y lo intentamos vender a lo largo del año, especialmente a peñas, museos o aficionados", explica Cristina González-Palomino.
La organización espera que hoy sábado acuda al rastrillo un mayor número de personas y poder aumentar así los fondos recaudados.
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