Vivir en Sevilla

Un nuevo aire al relax

  • Los baños árabes de Santa Cruz amplían sus instalaciones en su X aniversario

Fue en octubre de 2004 cuando los baños árabes Aire de Sevilla abrieron sus puertas al público. Lo hicieron de manos de un grupo de empresarios andaluces que hoy celebra su primera década de vida con la ampliación de sus instalaciones en 300 metros cuadrados. Un baño de mil chorros, una sala del siglo XVII para tratamientos y una azotea con un baño que mira a la Giralda son las nuevas estancias que se presentan como principales atractivos para aquellos que ya conocen el lugar y como reclamo para los que por primera vez se adentran en esta casa de unos 2.000 metros cuadrados, convirtiéndose así en el mayor balneario urbano de España y en uno de los más exclusivos de Europa.

En esta década, el éxito de los baños ha sido tal que "ya se habían quedado pequeños", declara su director-gerente, Miguel Ángel Jiménez. Sus más de 53.200 visitas en 2013 (30.000 turistas, el 70% mujeres), los más de 40.000 masajes que se dieron y más de 5.000 tratamientos lo corroboran.

Abierto 563 días al año, desde las diez de la mañana hasta la una de la madrugada, aquellos que visiten los martes y jueves las instalaciones gozarán de un plus, presenciar en su patio conciertos de flamenco o bossa nova, entre otros estilos, a partir de las 22:00.

El relax marca todo el recorrido del circuito. Una decena de espacios en los que se han respetado todos y cada uno de sus vestigios. En las tareas de modificación de esta casa palacio del siglo XVI, construida por un indiano con fortuna, son muchos los restos que se han hallado. "En esta nueva obra, nos hemos encontrado con paredes de arena del río del siglo II", cuenta el director-gerente, que hace especial hincapié en la actual sala de masajes, un lujo para los sentidos ubicada en lo que antiguamente un granero donde dormían bestias de carga.

Con intención de seguir renovando las infraestructuras y los servicios que aquí se prestan, Jiménez avanza que ya se tiene previsto dedicar una de las salas a terapias "más exclusivas" (vinoterapia, tratamientos antioxidantes...), donde sea el propio cliente quien proponga sus preferencias, "por ejemplo, si el cliente quiere cenar acompañado de violines, después de una sesión de vinoterapia, podrá hacerlo".

Para que todo funcione a la perfección en este laberíntico circuito, 65 personas trabajan en el lugar. Un negocio que hoy sus propietarios han extendido por distintas ciudades del mundo como Almería, Barcelona y Nueva York -el próximo año llegará a Chicago-, siempre con el nombre de Aire de Sevilla.

Desde 26 euros (baño termal más aromaterapia) puede disfrutarse de una sesión de 90 minutos, donde gozar del baño templado, el baño caliente y el frío, así como el de mil chorros, el hamman o baño de vapor, y, bajo una bóveda romana original, el baño de sal. A medida que se soliciten más servicios de masajes o terapias, el precio y la duración del circuito subirá hasta las cuatro horas de relajación plena.

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